Inventar la educación

Inventar la educación

Cierro los ojos y la memoria me divaga por escenarios que viví durante los días de adolescencia, estoy en el laboratorio de física y han transcurrido más de veinticinco añosy la clase aún no ha comenzado, es evidente que el profesor no va a llegar, algunos alumnos se dirigen a la puerta del salón con la intención de disfrutar de su ¨hora libre¨ acaso en la explanada otal vez en la cafetería, sin embargo, tal éxodo no ocurre: los dos alumnos que mejor entienden los misterios que plantea Newton, proponen al resto del grupo abrir el libro de texto y avanzar en launidad aún sin contar con la presencia del maestro; justo es mencionar que nunca he sido un entusiasta de las ciencias exactas: los fenómenos de la mecánica nunca me quitaron el sueño, de cualquier forma,a pesar de mi breve edad me pude dar cuenta de el hecho de que un grupo de estudiantes decidiera llevar a cabo una clase aún sin la presencia del maestro, era sencillamente un acontecimiento deantología que por ningún motivo me podía perder.

Un alumno con criterio propio, dueño de sus sueños, capaz de enfrentar sus limitaciones y solucionarlas, un individuo dispuesto a considerar que laprimera solución no es necesariamente la mejor, un ser de ideas y de imaginaciones que sabe convivir y aprender de quienes no son iguales a él, que se construye y reconstruye a diario, un educandosensible, cargado de interrogantes y dispuesto a resolverlas, no puede de ninguna forma tener un maestro ordinario, inconstante, predecible y faltista. Ni un maestro ordinario, ni un espacio ordinario podríanser la caja de resonancias idónea para un alumno como el arriba descrito; un profesor dispuesto a ser cómplice de un estudiante de tales características, es más bien un guerrillero, un transgresor delos procedimientos educativos tradicionales, estamos hablando de un inaugurador de espacios que lo mismo puede impartir su clase en el aula, que en la explanada, bajo una escalera o sobre el...