Investigacion

Testimonio vocacional del P. Charles Vertil, LC.
Legion de Cristo
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El P. Charles Paul Vertil nació Manhattan, Nueva York, el 1 de diciembre de 1971. En septiembre de 1993 ingresó en la congregación de los Legionarios de Cristo a los 21 años después de haber estudiado tres años de psicología infantil en una universidad local. Cursó los estudios humanísticos en Cheshire, Connecticut, ylos estudios filosóficos y teológicos en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma. Fue ordenado sacerdote en Roma el 24 de diciembre de 2005. Actualmente se encuentra ejerciendo su ministerio sacerdotal en Colombia con niños y jóvenes en los clubes del movimiento Regnum Christi. Presentamos su testimonio a continuación.
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Me llamo Charles Paul Vertil. De sangre soy haitiano y denacimiento y ciudadanía estadounidense. Más precisamente nací en la cuidad de Nueva York. Siempre he sido católico y por mi vocación, pertenezco a Dios.
De mi padre aprendí a orar porque cada noche lo veía de rodillas delante de la cama hablando con alguien en voz baja. Un día me escondí debajo de la cama para escuchar lo que estaba diciendo y con quién estaba hablando. Pero por más que sacaba la cabezano veía a nadie y tampoco pude entender lo que estaba diciendo. Muerto de curiosidad le pregunté a mi madre qué le había pasado a mi papá, pues hablaba consigo mismo cada noche. En ese momento mi madre aprovechó para explicarme el arte de la oración a tan temprana edad. Mi madre me decía que mi padre estaba hablando con un amigo íntimo que es Jesús, que siempre nos escucha y da consejos y nos hacefavores si uno se lo pide con fe y fervor.
Comencé mis estudios en Nueva York durante los tres primeros años. Pero después, mis padres compraron una casa de dos pisos en New Jersey y allá trascurrió el resto de mi infancia, mi adolescencia y una parte de mi juventud.
Una figura importante, durante mi infancia y mi niñez, fue una querida monja franciscana, la directora mi colegio. Fui a unaescuela católica polaca donde podría decirse que me adoptaron porque no me parecía precisamente a los niños de descendencia polaca. Ella me llamaba su padrecito. Yo no le daba importancia, pero tengo que admitir que sentí algo. Participé activamente en las iniciativas de carácter espiritual y formativo promovidas por las monjas del colegio. Me junté con un grupo de chicos para formar parte de losmonaguillos de la parroquia.
La parroquia se convirtió en mi segunda casa en esos años breves de escuela primaria. Toda mi infancia estuvo rodeada de una familia muy integrada, unos padres practicantes en la fe, mi párroco y las monjas de la parroquia y un ambiente de piedad. Gracias al ejemplo de estas personas, adquirí una educación intelectual y moral sana. Al frecuentar la organización juvenil dela parroquia adquirí tanto la formación interior y espiritual de mi personalidad religiosa como la invitación a ir tras las cosas más altas de la vida.
Al terminar octavo tuve que dejar ese hermoso contorno y entrar en el territorio de la escuela pública local. Ese mismo año la monja directora y mi párroco recibieron nuevos encargos y se trasladaron lejos. Entré en la secundaria y gracias a mispadres, quienes me educaron para saber qué era moralmente lícito y qué no, pude evitar aquello que me podía destruir y no malograr las enseñanzas y las expectativas de mis padres.
En ese período de mi vida la vocación sacerdotal no estaba aún madura. Tal vez alguno pudo pensar que, si un joven con tan claras inclinaciones religiosas no entraba en el seminario, era señal de que otros amores oaspiraciones estaban en juego. En efecto, en la escuela tenía muchas compañeras y, comprometido como estaba en el círculo de la banda escolar, no faltaban diversas posibilidades de encuentro. Sin embargo, en aquel tiempo estaba fascinado sobre todo por la música, en particular por las dramatizaciones musicales. Estando en la banda del colegio, en la banda de jazz y otra banda de música contemporánea...