investigaciones
Juntos otra vez
Metsy hingle
La millonaria Regan St. Claire había sido pura inocencia... y tentación. Sólo que había llegado a la vida de Cole Thorton demasiado pronto, antes de que él pudiera llegar a ser alguien en esta vida. Él casi había pensado que eso no le importaba a ella. Pero luego ella lo había dejado. Y él había jurado no pensar en ella denuevo...
¡Un bebé! Regan no podía creer que su sueño se convertiría en realidad. Y el donador de esperma Cole, el hombre que su padre le había obligado a abandonar. Ella aceptó volver a casarse con Cole, ahora millonario, esperando demostrarle que su corazón siempre le había pertenecido. ¿Pero se atrevería Regan a esperar que su hijo salvara también su amor?
Prologo
— ¿Estoy embarazada?—repitió Regan St. Claire clavando las uñas en las palmas de sus manos. Miró a través del escritorio a su tía, la famosa especialista en fertilidad de Nueva Orleans, la doctora Elizabeth St. Claire—. ¿Estás segura, tía Liz? ¿No hay error?
La mujer mayor meneó la cabeza rubia plateada y sonrió.
—Estoy segura. Yo misma realicé las pruebas... dos veces. Estás embarazada, querida. De acuerdo con lafecha en que llevé a cabo el procedimiento de inseminación, desde hace cinco semanas.
Regan gritó de felicidad. Demasiado entusiasmada para quedarse quieta, se levantó de un salto y rodeó la mesa para abrazar a su tía.
— ¡Voy a tener un bebé! ¡Un bebé! —repitió maravillada.
—Regan, pequeña, tranquilízate —reprendió su tía divertida.
—No puedo. Me siento demasiado feliz —replicó con lagrimas degozo en los ojos. Ni siquiera en ese momento podía creer que un diagnóstico de endometriosis y posible infertilidad la hubiera llevado por ese camino cuyo resultado era un... un milagro. Porque eso era el bebé—. Hace tanto tiempo que lo anhelo. Desde que... —desde que había perdido a su primer bebé en un aborto años atrás... el hijo de Cole.
Como si le leyera los pensamientos, su tía le ofreció lamano. Regan la aferró y extrajo fuerzas de la mujer que había desempeñado el papel de madre durante la casi totalidad de sus veintinueve años de vida.
—Cariño, aún está en la primera fase —advirtió su tía Liz—. Esa diminuta vida que llevas dentro tiene mucho camino que recorrer antes de que fructifique.
—Lo sé —la sonrisa vaciló un poco al recordar su último embarazo.
Tenía diecisiete años yestaba locamente enamorada de Cole Thornton. Como si hubiera sido el día anterior y no doce años atrás, las imágenes de Cole llenaron su mente. Cole trabajando en el jardín de su familia, la piel oscura brillante por el sudor, los músculos hinchándose en sus hombros desnudos mientas clavaba la pala en la tierra. Alzando la cabeza y apartándose el pelo del color de la medianoche de la cara paramirarla con sus ojos plateados.
Siempre había algo peligroso y salvaje cuando la miraba. Había sido tan distinto de los chicos que conocía..., tan serio y centrado, con una pasión contenida. Se había sentido atraída por él en el acto. Después de conocerlo, había admirado su marcado sentido del honor y la determinación de llegar a ser alguien. Hacer el amor con él había resultado tan básico comorespirar. Al quedarse embarazada, el insistió en que se casaran… tal como Regan había imaginado. Lo difícil había sido convencerlo de que se fugaran. Sin embargo, incluso después del tiempo transcurrido, recordaba aquellos días mágicos como su esposa... cuando había tenido la certeza de que su amor era tan fuerte que sobreviviría a todo.
Hasta que su mundo se desmoronó y perdió tanto a Cole como albebé.
— … y espero haber… haber hecho lo adecuado. Tú lo eres todo para mí, Regan. Lo único que deseo... lo único que he deseado siempre es que seas feliz.
Algo en el tono de su tía captó la atención de Regan.
—Soy feliz, tía Liz. Me has dado lo que más quiero en el mundo... un bebé. O al menos la oportunidad de tenerlo...
—A pesar de lo maravilloso que es un bebé —Liz frunció el ceño—,...
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