Islam y derechos humanos

La relación entre Islam y derechos humanos es una de las cuestiones más controvertidas en la vida
de la sociedad internacional. La aplicación de la sharia es compatible con el respecto de los
derechos humanos? Cuál es la frontera entre los límites impuestos por la religión y las normas de
los tratados internacionales? Existe un estándar mínimo de derechos humanos que todos los
países tienenque conseguir, o al final tenemos que aceptar el relativismo cultural?
He escogido este libro para encontrar una respuesta a estas preguntas.
Se trata de un ensayo escrito por Agustín Motilla, Paloma Lorenzo, María José Ciaurriz, Jaime
Rossell y David García-Prado, cinco profesores de Derecho Eclesiástico del Estado en diferentes
universidades españolas, que pretende acercar el lector a la“versión oficial” sobre la situación de
los derechos humanos en el Islam. Es decir, se delinea la posición que los Estados islámicos
adoptaron frente a los convenios y a las Declaraciones impulsadas por las Naciones Unidas, y se
analizan contradicciones y características de sus decisiones.
No es, entonces, una análisis de la situación efectiva de los derechos humanos en los países
islámicos, sinouna redacción de carácter bastante técnico, que pero resulta muy útil para
comprender el funcionamiento de las instituciones internacionales, que han logrado resultados
importantes en el establecimiento de estándar y reglas comunes, pero que muchas veces faltan de
efectividad.
El ensayo empieza con una reflexión general sobre la relación entre Islam y derechos humanos.
Después de 1989, con lacaída del Muro de Berlín y la fin de la política de los bloques, parecía
cercano el comienzo de una nueva fase de la vida internacional, caracterizada por el respecto de
valores universales. Sin embargo, en el mismo tiempo empezaba un auge de la interpretación
fundamentalista del Islam. En la mayoría de los países islámicos, que después de la independencia
habían colaborado con las NacionesUnidas y el nuevo orden internacional surgido al final de la
segunda guerra mundial, se fortalecen aquellos sectores que consideran los derechos humanos
una imposición occidental, casi un acto imperialista de los antiguos colonizadores. Cabe subrayar
que, en general, las religiones monoteístas no poseen una concepción universal de los derechos
humanos, como para ellas existe una raya entre lacomunidad de los fieles (en el Islam la umma) y
los demás, los infieles; la disciplina de los derechos humanos surge del liberalismo, que considera
el individuo sujeto de derechos por su sola existencia.
No se puede negar, entonces, el origen occidental de la disciplina de los derechos humanos, que
pero ahora deben formar parte de una ética universal, como no es posible la convivencia sin unosvalores comunes, sin unos estándares mínimos de igualdad, libertad, dignidad.
Lo que pasa es que en los países islámicos nunca ha habido una verdadera secularización del
derecho, y la sharia sigue regulando también materias extrañas a la religión (el ejemplo más
conocido es el del derecho de familia). Como la interpretación de la sharia se cerró oficialmente en
el siglo X, hay un debate entrelos sectores que consideran que el derecho fu fijado en aquella
época y otros más reformistas que abogan para adaptarlo a las circunstancias políticas y sociales
modernas.

El autor precisa que no es posible hablar de una única postura “islámica” en relación a los
derechos humanos: hay muchas distinciones en el mundo islámico, entre los diferentes países y las
escuelas jurídicas.
Sinembargo es posible individuar tres posturas principales que existen en la mayoría de los países
de que el ensayo va a tratar: los ultraconservadores, que defienden la inmutabilidad de la sharia,
los tradicionalistas no extremos, que consideran la sharia como el fundamento que inspira y, a la
vez, limita los derechos humanos, y los progresistas, minoritarios, que creen en una interpretación
del...