Istitucional Iii Virtual Segundo Corte
Lo que se ha sugerido en esta reflexión es que:
a) cualquier necesidad humana fundamental no satisfecha de manera adecuada produce una patología;
b) hasta el momento, se handesarrollado tratamientos para combatir patologías individuales o de pequeños grupos;
c) hoy en día, nos vernos enfrentados a una cantidad de patologías colectivas que aumentan de maneraalarmante, para las cuales los tratamientos aplicados han resultado ineficaces;
d) para una mejor comprensión de estas patologías colectivas es preciso establecer las necesarias transdisciplinariedades.
La posibilidad de desarrollar diálogos fecundos entre disciplinas pertinentes para la adecuada interpretación de problemáticas como las mencionadas constituye el cuartodesafío.
Nuevas patologías colectivas se originarán en el corto y largo plazo si continuamos con enfoques tradicionales y ortodoxos. No tiene sentido sanar a un individuo para luego devolverloa un ambiente enfermo. Cada disciplina, en la medida en que se ha hecho más reduccionista y tecnocrática, ha creado su propio ámbito de deshumanización. Volver a humanizamos desde dentrode cada disciplina, es el gran desafío final. En otras palabras, sólo la voluntad de apertura intelectual puede ser el cimiento fecundo para cualquier diálogo o esfuerzo transdisciplinarioque tenga sentido y que apunte a la solución de las problemáticas reales que afectan a nuestro mundo actual.
La humanización y la transdisciplinariedad responsables son nuestra respuesta alas problemáticas y son, quizás, nuestra única defensa. Si no asumimos el desafío, nadie será inocente. Todos seremos cómplices de generar sociedades enfermas. Y no hay que olvidar aquelloque América Latina ha aprendido a costa de mucho dolor; que... si «en el país de los ciegos el tuerto es rey»; en «las sociedades enfermas son los necrófilos los que detentan el poder».
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