iter criminis

La Escuela Clásica
¡) Beccaria
El Hombre es un ser que vive en sociedad. El hombre no puede vivir sino en grupo, y allí donde hay un grupo humano existen normas que de manera formalizada o no,regulan las relaciones de sus componentes.
En el siglo XVIII las normas penales eran caóticas y predominaba una gran inseguridad sobre que conductas eran constitutivas de delitos y que penascorrespondían a tales delitos;
El derecho pena no se encontraba recogido en códigos sino disperso en diversos cuerpos asistemáticos, poco claros y contradictorios.
Se confundía fácilmente el delito y elpecado por las creencias religiosas de la época y la codificación de leyes se dio a principio del siglo XIX.
La llamada tortura judicial constituía un importante medio de prueba criminal existiendouna gran inseguridad jurídica, una desequilibrada y desproporcionada aplicación de la ley sin contar con las desigualdades personales ante la ley.
Como era de esperar filósofos de la ilustración comoMontesquieu venían denunciando esas graves deficiencias cuando apareció en el libro de Cesare Bonesana, Marques de Beccaria, titulado De los delitos y penas.
El libro de Beccaria tuvo gran acogida ygran parte de él sigue vigente hasta nuestros tiempos;
El principal fin de dicho libro fue promover la reforma del desastroso sistema de Derecho Penal y Administración de Justicia de su época queelaborar alguna Teoría Criminológica sobre el delito sin embargo esta obra es uno de los primeros bosquejos de la Criminología: la de la llamada Escuela clásica representada por Benthand y alcanzando sumáxima expresión con Carrara y otros juristas ya en el siglo XIX los aspectos que caracterizan a esta escuela en primer lugar la concepción del hombre como ser libre que procura el placer y evita eldolor de la cual se deriva su teoría criminológica del delito y afronta la prevención del mismo; y en segundo lugar su metodología lógico-deductiva.
La Teoría Criminológica de la Escuela Clásica...