iwjdewi rdiwqjfduiqewjf

Todo andaba bien en mi hogar. Mi hermana mayor estaba bajo los efectos de su pastilla diaria para controlar la bipolaridad. Su humor era estable, se la notaba tranquila y resultaba agradableconversar con ella. Mi madre, por otro lado, disfrutaba del día recortando y arreglando sus plantas y flores en el jardín, el cual estaba iluminado por una luz cálida y tenue. Era un día típico de otoño. Elbarrio estaba silencioso, no se escuchaban autos pasar, solo se oían los pájaros y la música clásica que no sabía de qué dormitorio venia. Mi hermana menor, por otro lado, se dedicaba a llenar la casade un dulce aroma. Nos quería agasajar con una rica merienda acompañada de distintas infusiones de té, masas finas y un bizcochuelo casero siguiendo la receta clásica de nuestra abuela. Había tantapaz, que me sentía igual de relajada que en una isla desértica. Era el domingo perfecto. Daba placer cada paso que daba a medida que observaba a mi familia y a mí al rededor.
Entre tanto disfrute,olvide la presencia de mi padre. Agarré mi celular para llamarlo y preguntarle donde estaba, pero me daba ocupado. Después de llamar cuatro veces seguidas y no conseguir que me atienda, preferí quedarmetranquila y no molestarlo. Tal vez se encontraba en medio de un partido de ajedrez con sus amigos del club.
Nunca conocí una persona tan activa y alegre como él. Desde pequeña que imito todos susgestos y actitudes. Su manera de hablar y sus maneras de reaccionar frente a las situaciones de la vida. Es mi modelo a seguir. Una especie de ídolo para mí. Lo es todo.
Mientras descansaba en micama, junto a mi gata, escucho un portazo. El sonido provenía de la puerta principal. Miro por la ventana, y ahí estaba el Mercedes Benz antiguo en el que se maneja mi padre. Algo despertó duda en mipersona. Una intuición rara, pero entre tanta relajación, preferí cerrar los ojos y continuar en la concentración de mi respiración. Sin darme cuenta, entre en un profundo sueño y me quedé dormida.
Al...