IX SCHELER Sentir Y Sentimientos

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Gramásica de 105 genl:mieilro!

pritua1 que Max Scheler, pronto hará cien años, conquisró para Ci
pensamiento. Es deseable que el filósofo que una vez fue can leído,
encuentre de nuevo un gran número de lectores en una época que
ha cambiado y para una conciencia que ha pasado a ser más sensible para la importancia del valor.

SENTIR Y SENTIMIENTOS

PAUL GOOD

Para facilitar la lectura seguidadel texto que ahora se presenta se traducen
al castellano los títulos de las obras de Scheler, si bien el lector debe entender que
éstos remiten a las obras completas del filósofo publicadas recientemente en su
lengua original (véase la p. 13). A esas Gesanirneire (Obras completas) hace
referencia la sigla GW así como las páginas citadas. De otra parte, la información completa sobre los textosoriginales que constituyen los capítulos de esta
selección puede hallarse en la sección final correspondiente. (N. del c)

Hasta el presente la fllosofla tiende a un prejuicio que tiene su
origen histórico en el modo antiguo de pensamiento: Consiste en
una división, completamente inadecuada a la esrruqura del espíritu, entre «razón» y «sensibilidad.». Esta separación exige, en cierto
modo, que seatribuya todo aquello que no es razón (orden, ley y
semejantes) a la sensibilidad. La totalidad a' nuestra vida emcional
(y para la mayoría de los filósofos de la modernidad también nuestras tendencias) debe formar parte de la «sensibilidad», también el
amor y el odio. Al mismo tiempo, según esta separación todo
alógico en el espíritu: intuir, sentir, tender, amar y odiar, depend
de la «organizaciónpsicofísica» del ser humano; y su formación pasa1
a ser una función de la transformación real de la organización en la
evolución de la vida y de la historia, y depende de la singularidad
del entorno y de sus efectos. La cuestión acerca de si a partIr de lo
podrían darse diferencias jerárquicas originarias y esenciales en el conjunto de los actos o de las
funciones (y también la jersquía de una«originariedad» equivalente a la de los actos, mediante los que concebimos los objetos
vinculados por la lógica pura), a saber, si hay un intuir puro, un sentir, un puro amar y odiar, un puro tenderuer,qe en su totalidad
son tan in ependientes de la organización psicotíi o 1
humanocomo Fensamiento uroue participan simultáneamente de una regu andad originaria que no puede ser retrotraída
a las reglasde la vida espiritual empírica, esta cuestión no es ni siquiera planteada a causa de ese prejuicio. Obviamente, tampoco se
pregunta si existen nexos y contradicciones a priori entre los objetos y las cualidades hacia los que se dirigen los actos alógicos, y las

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Sentir y :e,uirnjnn%os

e'jr(n'nlítlra tic lo: .cnrzmIento:

regularidades a priori de estos mismos actos que se corresponden
conellos.
La consecuencia que esto ha tenido para la ¿rica es que en su
historia ha adoptado o bien la forma de una ¿tica absoluta a priori,
y después, racional, o bien una ética relativa empírica y emocional.
Apenas se cuestionó si podría y debería haber una ética absoluta y
emocional.
Sólo unos pocos pensadores se han sacudido este prejuicio, pero
no han pasado de esto, ya que no han alcanzado laconflguración
de una teoría propia. Entre ellos nombro a san Aaustíni y a Blaise
Pascal. En los escritos de Pascal encontramos un hilo conductor,
la idea que ¿enornina en algunas ocasiones «ordre du cur» y en
otras ocasiones «logique du cceur». Pascal escribe: «Le cmur a ses
raisons». Con esto entiende una regularidad eterna y abs oluta de l
P.P11 _Pura,
sentir, del amar y del odiar,?oTamirreductible
a
una
regularidad
existencial.
Faspe
Fue-

ron partícipes intuitivos de este orden, que lo expresaron en su vida
y en sus enseñanzas. Dice que Fueron mucho más raros que los genios del conocimiento científico, y sostiene que su rango mantiene con estos genios una relación análoga a la que éstos mantienen
con el hombre medio. La persona que concibió y vivió más y de
modo más completo segCin...