jajajaja
Acto IV
El diablo a las puertas del cielo
DON JUAN, DOÑA INÉS, DON GONZALO, DON LUIS, CIUTTI, BRÍGIDA, ALGUACIL 1.º y ALGUACIL 2.º
Quinta de DON JUAN Tenorio, cerca de Sevilla y sobre el Guadalquivir. Balcón en el fondo. Dos puertas a cada lado.
Escena I
BRÍGIDA y CIUTTI.
BRÍGIDA
¡Qué noche, válgame Dios!
A poderlo calcular,
no memeto yo a servir
a tan fogoso galán.
¡Ay, Ciutti! Molida estoy;
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no me puedo menear.
CIUTTI
Pues, ¿qué os duele?
BRÍGIDA
Todo el cuerpo,
y toda el alma además.
CIUTTI
¡Ya! No estáis acostumbrada
al caballo, es natural.
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BRÍGIDA
Mil veces pensé caer;
¡Uf! ¡Qué mareo! ¡Qué afán!
Veía yo unos tras otros
ante mis ojos pasar
losárboles como en alas
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llevados de un huracán,
tan apriesa y produciéndome
ilusión tan infernal,
que perdiera los sentidos
si tardamos en parar.
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CIUTTI
Pues de estas cosas veréis,
si en esta casa os quedáis,
lo menos seis por semana.
BRÍGIDA
¡Jesús!
CIUTTI
Y esa niña, ¿está
reposando todavía?
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BRÍGIDA
¿Y a qué se ha de despertar?
CIUTTI
Sí; es mejor que abra los ojos
en los brazos de don Juan.
BRÍGIDA
Preciso es que tu amo tenga
algún diablo familiar.
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CIUTTI
Yo creo que sea él mismo
un diablo en carne mortal,
porque a lo que él, solamente
se arrojara Satanás.
BRÍGIDA
¡Oh! ¡El lance ha sido extremado!
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CIUTTI
Pero al fin logrado está.
BRÍGIDA¡Salir así de un convento
en medio de una ciudad
como Sevilla!
CIUTTI
Es empresa
tan sólo para hombre tal;
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mas, ¡qué diablos!, si a su lado
la fortuna siempre va,
y encadenado a sus pies
duerme sumiso el azar.
BRÍGIDA
Sí; decís bien.
CIUTTI
No he visto hombre
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de corazón más audaz;
no halla riesgo que le espante,
ni encuentradificultad
que al empeñarse en vencer,
le haga un punto vacilar.
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A todo osado se arroja,
de todo se ve capaz;
ni mira dónde se mete,
ni lo pregunta jamás.
«Allí hay un lance», le dicen;
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y él dice: «Allá va don Juan».
Mas ya tarda, ¡vive Dios!
BRÍGIDA
Las doce en la catedral
han dado ha tiempo.
CIUTTI
Y de vuelta
debía a las doce estar.
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BRÍGIDA
Pero, ¿por qué no se vino
con nosotros?
CIUTTI
Tiene allá
en la ciudad todavía
cuatro cosas que arreglar.
BRÍGIDA
¿Para el viaje?
CIUTTI
Por supuesto;
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aunque muy fácil será
que esta noche a los infiernos
le hagan a él mismo viajar.
BRÍGIDA
¡Jesús, qué ideas!
CIUTTI
¡Pues digo!
¿Son obras de caridad
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en las quenos empleamos,
para mejor esperar?
Aunque seguros estamos
como vuelva por acá.
BRÍGIDA
¿De veras, Ciutti?
CIUTTI
Venid
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a este balcón, y mirad.
¿Qué veis?
BRÍGIDA
Veo un bergantín
que anclado en el río está.
CIUTTI
Pues su patrón sólo aguarda
las órdenes de don Juan,
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y salvos en todo caso
a Italia nos llevará.
BRÍGIDA
¿Cierto?
CIUTTI
Y nada receléis
por nuestra seguridad,
que es el barco más velero
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que boga sobre la mar.
BRÍGIDA
¡Chist! Ya siento a doña Inés.
CIUTTI
Pues yo me voy, que don Juan
encargó que sola vos
debíais con ella hablar.
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BRÍGIDA
Y encargó bien, que yo entiendo
de esto.
CIUTTI
Adiós, pues.
BRÍGIDA
Vete en paz.
Escena II
DOÑA INÉS y BRÍGIDA.
DOÑA INÉS
¡Dios mío, cuánto he soñado!
¡Loca estoy! ¿Qué hora será?
Pero ¿qué es esto? ¡Ay de mí!
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No recuerdo que jamás
haya visto este aposento.
¿Quién me trajo aquí?
BRÍGIDA
Don Juan.
DOÑA INÉS
Siempre don Juan...
¿Aquí tú también estás,
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Brígida?
BRÍGIDA
Sí, doña...
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