Jajajja
Su abuela, Nohora Calvo, nos recibe enseñando una serenidad y una entereza dignas deadmirar.
Luego de cuatro noches enteras sin poder dormir, una ansiedad galopante se acelera cada que alguno de los teléfonos de la casa repica,sobresaltos que hacen parte del calvarioque les ha tocado vivir a todos los familiares de la niña que viven en esta casona del barrio Boston en la ciudad de Barranquilla, un calvario que continúa, y no va a terminar hasta queNohorita, como cariñosamente la llaman sus familiares, no se encuentre de vuelta en el seno de su hogar, sana y salva.
Niños y padres de familia de los hogares comunitarios de Turbanamarcharon ayer para reclamar la liberación de la niña Nohora Valentina Muñoz, secuestrada el pasado jueves 29 de septiembre por desconocidos, acción que causó rechazo generalizado dentro y fueradel país.
“Libertad, libertad”, “queremos libre a Nohora”, “no más secuestros”, fueron las frases de los niños caminantes que lucían carteles, flores, fotos y todo lo que pudierarecordar a la secuestrada.
Con inocencia, los pequeños enviaron un mensaje a los captores de la niña de 10 años, exhortándolos a que le respeten la vida y a que la dejen en libertad lo máspronto posible.
La marcha, en la que participaron 29 hogares comunitarios, fue liderada por Nilka Licero, directora del hogar infantil “Mi porvenir”.
Tras recorrer las principalescalles del municipio, los menores y sus acudientes se estacionaron frente a la Iglesia San Antonio de Padua, en donde rindieron un minuto de silencio por la liberación de Nohorita.
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