James Dobson Lo Que Las Esposas Desean Que Los Maridos Sepan Sobre Las Mujeres by musicacelestial

Páginas: 243 (60735 palabras) Publicado: 20 de agosto de 2015
ESPOSAS

MARIDOS

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MARIDOS
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Publicadó por
Editorial Unilit
Miani, Fl. 33772
Derechos reservados
Nueva edición 1999
@ 1975 por'tyndale House Publishers, Inc.
Todos los derechos reservados.
Publicado en inglés con el título:
IVhat Wiues \Vish Their Husband Knew AboutWomen.
por Tyndale House Publishers, Inc.

'ü/heaton, Illinois, U.S.A.
Tiaducidoal español con permiso de Tyndale House publishers.
(Trawlated into Spanisb
publishers.)
fui permission ofTlndale House
Tiaducción: Isabel Herbello
Forografía de Ia portada: Eyewire
Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, procesada
en algún sistema que la pueda reproduci¡ o transmitida en alguna
forma o por algún medio electrónico, mecánico, fotocopia, cinta
magnetofonica u ot¡o,excepto para breves citas en reseñas, sin
el permiso previo de los editores.
Las citas bíblicas se romaron de la Sanra Biblia, Ve¡sión Reina Valera
1960 A 1960 por la Sociedad Bíblica en América Latina

l/sadas con permiso.

Prodrcto 497632

rsBN 0-7899-1686-X
ISBN 978-0-7899-1 686-0
Impreso en Colombia
Printed in Cohmbia

Drdicnronin
A mi pequeño hijo Ryan, que ama las orugas y

detesta elbctño, que no acepta a las niñas y puede
hacer millones de preguntas en una hora: <¿Mami,
¿por qué las lombrices bostezan? > dedico este libro
con todo mi amor de Padre.

Co¡rrrn ido
Dedicatoria 3

Capítulo uno
La mad¡e: El alma del hogar

Capítulo dos
Causas de la depresión

femenina 13

Capítulo tres
La subestimaciín

2l

Capítulo cuatro
Fatiga y vida muy apresurada 45

-Capítulo cinco
Soledad,incomunicación, aburrimiento, falta de
romanticismo en el matrimonio 65

Capículo seis
Los problemas econémicos 119

Capítulo siete
Los problemas sexuales en el rnatrimo¡ío 129

Capítulo ocho
Probiemas menstruales y sicológicos 167

Capítulo nueve
Problemas con los niños 183

Capítulo diez
Unas palabras sobre el paso de los años 199

Capítulo uno

Capítulo once
La última palabra 207

Ln vrndnE: EInlnnn

dr[

hoqnn

lomo ya el lector sabe, este libro lo he dedicado a mi hijo
Ryan. En la actualidad él ha cumplido tres años de edad
y parece un duendecillo haciendo travesuras de todas
clases. Mi hijo Ryan tienen todas las ca¡acterísticas sicológicas
c¡ue se le atribuyen a los niños cuyas edades oscilan enffe el primer
y tercer años de vida. Durante esta etapa tan especial de su
cxistencia, elentusiasmo y la corutante actividad parecen surgir
de una fuente desconocida de energía que en nuestro hijo parece
inagotable. Así nos ha ocurrido siempre con Ryan. Con deci¡les
que el mismo día que cumplió un año y medio fue como si alguna
voz le hubiese murmurado en sus oídos: "Llegó tu momento'
muchachol iAprovéchalo!, y se lanzó a la velocidad de un cohete
a dar

vueltas por toda la habitación.es, de ninguna manera'
un niño de malos sentimientos y sólo en contadísimas ocasiones se atreve a desobedecer la auto¡idad de su padte, o sea, la
mía. Aunque eso sí, es sumamente curioso y desea enterarse
de todo, Cuando tiene oportunidad de hacerlo también corta,
desarma sus juguetes, y riega sus cosas por todas partes. Tiatar
de que permanezca tranquilo es tan difícil como mover un
elefante conun dedo. t por supuesto, su temperamento 1o
coloca al borde del peligro cada instante.
Es necesario que esté siempre bajo la vigilancia de un
adulto para evitar que sufra algún accidente y, por lo general,
esa responsabilidad recae sobre mí.

Ahora, debo aclarar que Ryan no

7

Lo que las esposas desean que los maridos sepan...

Cierta mañana que nos encontrábamos los dos solos en
casa, dejé deoír su vocecita preguntona por algunos instantes.

De inmediato me puse alerta y comencé a busca¡lo por todos
los rincones de la casa sin da¡ con é1. Hasta que, finalmente,
me asomé a la ventana de la cocina y pude verlo nada menos
que gateando sobre un camión remolcador que algunos constructores habían estacionado cerca de la puerta de nuestra
casa. El remolque era tan alto que parecía menos...
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