Japón Ante El Auge Asiatico
Para estudiarlo, en este trabajo deseamos referirnos en primer lugar a la posición nipona comoprototipo frente al resto de las naciones asiáticas así como las limitaciones y resultados de esa situación ejemplar. Después, estudiaremos los instrumentos utilizados para beneficiarse indirectamente de ese auge, tanto en la diplomacia bilateral, la económica o la multilateral. Por último, estudiamos las opciones para la propia política exterior japonesa sobre la primacía entre los dos frentes en losque se dirime su posición internacional, el regional y el global.
1. Japón como ejemplo para Asia
La influencia de Japón en los países de la región podría ser dividida en tres partes diferentes, una primera como ejemplo para la confianza en las propias posibilidades como nación asiática, una segunda como ejemplo de creación de un modelo político estable y próspero, pero también adaptado a lascaracterísticas propias y una tercera en considerar los valores propios como válidos de la modernidad.
1.1. Para comprender la importancia del ejemplo japonés para la autoconfianza cultural en Asia, convendría remontarnos ligeramente al siglo pasado, cuando en la época del colonialismo los países europeos fueron capaces de gobernar el mundo entero, casi con la única excepción de Japón. Paraconseguir este dominio, la superioridad militar occidental fue clave, pero también lo fue la justificación ideológica: la raza blanca era superior y los países del Tercer Mundo serían beneficiados por su dominio, puesto que le guiarían por el camino del progreso y la modernización ya alcanzada en Europa. Eran los tiempos en que la idea de la superioridad de la raza blanca era machaconamente repetida ylas teorías de Darwin eran aceptadas sin discusión[ii]. Pero no sólo fueron los dominadores occidentales los que asumieron esa idea, también los propios pueblos dominados creyeron en ella. La gran mayoría de los llamados ‘naturales’ llegaron a pensar así por razones muy complejas sobre las que no conviene insistir: falta de elites propias, destrucción consciente por los europeos de los valorespropios, disensiones o inestabilidad interna que provocaron el deseo de una solución impuesta desde fuera, etc.
Los japoneses compartieron esa visión de Occidente como meta de la civilización y de la modernidad y, como otros muchos pueblos, anhelaron seguir su camino. Pero aportaron una diferencia importante: ellos (más concretamente, sus elites) habían de dirigir su andadura. Nadie sino los propiosjaponeses debía de ser los dueños de su propio camino hacia la “universalización”, como consideraban ellos, u “occidentalización”, como prefiere denominarse en otros lugares. Wakon Yôsai, ‘Espíritu Japonés, Tecnología Occidental’, es el slogan, entre los muchos usados entonces, que mejor define una idea de poder seleccionar de Occidente lo que podía ser conveniente y lo que no. Obviamente, Japónno fue el único país que utilizó esta consigna (en China también se coreó “Ciencia Occidental, Espíritu Chino”) pero sí fue el único que la mantuvo durante el período álgido del colonialismo. La razón de la permanencia de esta política durante la época de esplendor colonial es compleja, pero quizás el hecho que mejor puede ayudar a comprenderlo es la confianza nipona (y de sus elites) en el...
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