Jasso
Alejandro Escudero Pérez
UNED, Madrid
El escrito principal de Heidegger sobre este tema es un texto de mediados de los años treinta, titulado “El origen de la obra de arte” (traducido en Caminos de bosque, ed. Alianza, 1996). Es a él al que preferentemente nos referiremos.
Dicho al margen: de todas las artes la que más constantemente atrajo la atención deHeidegger fue la poesía (especialmente la de Hölderlin, Rilke y Trakl). Aunque en interesantes ensayos como “Arte y espacio” y “Construir, habitar, pensar” se acercó, respectivamente, a la escultura y a la arquitectura (cuando redactó estos ensayos mantuvo un fecundo contacto, por ejemplo, con Eduardo Chillida).
Heidegger, como sucede con todo gran pensador, ha intentado volver a definir qué sea lafilosofía y, en el contexto que nos atañe qué sea arte. Heidegger concibe la filosofía como ‘onto-logía’, como saber del ser (el verbo por excelencia, algo que alude, pues, a un acto, una acción, un acaecer, una eclosión; ‘ser’ es, ante todo, el aparecer de lo que aparece, aquello por lo que y desde lo cual los entes son lo que son y lo que pueden ser, ganando cada vez lo que les es propio).
Un breveacercamiento a sus planteamientos puede comenzar con la lectura de la primera página de “El origen de la obra de arte” (pg. 11 de la edición citada).
A modo de comentario –y después de leerla- diremos lo siguiente:
Lo primero que en todo momento nos ayudará a entender lo que dice –en este y otros casos- es fijarnos a qué situación de experiencia nos remite el texto. Una situación que en dospinceladas caracterizaremos así:
“Estamos, hoy, aquí y ahora, ante una obra de arte, tal vez en un museo o una sala de conciertos. Lo que, a la vez, quiere decir: estamos –al hacer eso tan corriente- imbuídos por una comprensión –más o menos explícita- de qué sea arte (y sólo desde ella y por ella el cuadro o la pieza musical tiene para nosotros el sentido que tiene cuando los experimentamos). Conesa comprensión contamos siempre, sin que reparemos en ella”.
Y es ahí y sólo ahí donde cabe formular una pregunta filosófica sobre el arte – una pregunta formulada en una actitud que implica una cierta suspensión,
aunque sea parcial, de la comprensión del arte vigente, en la que de ordinario nos movemos-. Heidegger, reactivando un inveterado gesto filosófico, pero dándole matices ‘novedosos’, eneste contexto, propone que preguntemos por el “origen” (Ursprung) y la “esencia” (Wesen) de la obra de arte.
Si seguimos los vericuetos del fragmento que hemos leído entenderemos que el origen de la obra de arte es su esencia considerada a partir de su fuente (Herkunft), la fuente de qué es y cómo es la obra de arte que antes contemplábamos en otra actitud (sin pregunta filosófica por medio). Aesa fuente la llama Heidegger el Arte (die Kunst).
Heidegger denomina “Arte”, por un lado, a una constelación (el Arte es un conjunto de elementos diferenciados e irreductibles, articulados e interdependientes), y, por otro, a aquello a partir de lo cual y por lo cual esa constelación adopta una figura precisa, un contenido y una consistencia específica. El Arte posee, pues, dicho en otrolenguaje, a la vez, un aspecto óntico y otro ontológico.
Es importante destacar que a pesar de que todos los elementos de esa constelación son necesarios, y juegan su peculiar papel, su centro no es ni el artista (como en las estéticas románticas del genio) ni el espectador (como en las estéticas del gusto) sino la propia obra de arte (un centro, eso sí, descentrado y descentrable en tanto no es posibleestablecer de una vez por todas la ‘esencia’ del arte; ‘ser’ es un ‘acontecer’ –una eclosión-, y si el Arte es una fuente lo es porque actúa como un manantial del que brotan, cuando lo hacen, obras de arte en torno a las cuales cristaliza una entera constelación (que incluye a los artistas y al público, a los modos técnicos de elaboración y a los canales de difusión etc.).
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