Javier El Yo Dislocado
En la lengua de los chamacoco, un pueblo indígena del Paraguay, para negar la acción del verbo en tiempo presente del modo indicativo se usa el futuro; es decir, para decir él no ama se dice él no amará. Con esto no se trata de afirmar la certeza ni la probabilidad o la esperanza de que algo suceda más tarde (en el ejemplo citado, que el día de mañana aquél se enamore),sino solamente señalar una negación, una ausencia. Diciendo él amará, sólo se puede entender que no ama. Acaso esto sería suficiente para proponer al chamacoco como lengua oficial del Reino de Redonda, y como duque del mismo reino —duque de Segunda Mano, así suena el título que me elegí— me reservo el derecho de proponerlo. Creo que no le disgustará a nuestro soberano, a Javier Marías, rey deRedonda, que hoy, verdaderamente, es uno de los grandes escritores del mundo.
Como todo auténtico poeta, Marías resulta inexplicable, probablemente incluso para sí mismo. Tan diestro para la tragedia, la piedad y la cruda violencia, pero también para la ironía, tanto en la escritura como en la vida, tal y como lo demuestra su bizarro Reino de Redonda, un inhabitable islote situado en el mar de lasAntillas, del que a finales del siglo XIX un escritor aventurero, Galsworthy, se había proclamado rey, título que, a través de complicadas y surrealistas sucesiones, ahora le pertenece a Marías, quien ha instituido una Cámara de Pares del Reino, duques y otros nobles —cuyo número crece por elección mayoritaria— entre los que se encuentra Coetzee, Munro, Steiner, Eco, Kundera y Almodóvar. También elhumorismo y la risa fraterna y afectuosa forman parte de la gama de sentimientos de un autor como Marías, para el cual —como para su muy amado Shakespeare, de quien a menudo toma el título de sus novelas— la vida es, al mismo tiempo, un cuento contado por un idiota, como para Macbeth o la belleza de Julieta que le enseña a las antorchas cómo arder.
En él, el acto de la escritura nace sinun bosquejo preciso: “… Privado por completo de cualquier visión del futuro. No solamente no sé qué quiero escribir y hacía dónde quiero ir… Ni siquiera sé, cuando comienzo una novela, cuál será el tema, ni qué sucederá en ella, ni quiénes serán los personajes… Por no hablar de que tampoco sé cómo terminará”. Con esta poética, que siento mía más que cualquier otra, Marías narra lo que pudo habersucedido y no sucedió; al igual que para Musil, para él, la historia, individual y colectiva, también está hecha con las potencialidades, concretas y no quiméricas, de lo que en una determinada situación es posible y, por lo tanto, forma parte de la vida y del mundo. Tu rostro mañana —obra de una fuerza extraordinaria— es el título de una de sus trilogías, pero podría ser el título ideal de sunarrativa en general, que incluye textos inolvidables, como por ejemplo —por sólo citar algunos títulos— Mañana en la batalla piensa en mí, Corazón tan blanco (acaso su obra maestra), La negra espalda del tiempo, además de agudísimos ensayos, cuya amable y llana racionalidad repentinamente es desgarrada, como la tranquila superficie de un mar, por remolinos que abren espirales sobre abismos, sinperturbar la responsable lógica del discurso.
Marías ama las fotografías, trampas que le arrancan al indistinto fluir del tiempo algo que no existe, instantes inmóviles en una carrera que no concede tregua alguna, nada inmóvil y duradero, sino solamente una fuga y un fluir. El rostro detenido por la imagen —o, en sentido lato, por la costumbre, por la relación que se tiene con él en la continuidadde la realidad cotidiana— no es estable, se está transformando de una manera ignota hacia un triunfo ignoto. ¿En la fotografía de Hitler, niño adorable de dos años, se encuentra ya el artífice de Auschwitz? La narración de Tu rostro mañana hace renacer muchas cosas del pasado —el amor, el odio, la culpa, la mentira— que cambian las relaciones del presente y, por lo tanto, el presente mismo,...
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