Jayne Ann Krentz El color de la pasion
de la Pasión
Jayne Ann Krentz
1
Editado por HARLEQUIN ESPAÑOLA, S.A. Hermosilla, 21 28001 Madrid
© 1986 Jayne Krentz. Inc. Todos los derechos reservados.
EL COLOR DE LA PASIÓN, Na 6 - 25-6-89
Título original: True Colors.
Publicada originalmente por Harlequín Enterprises Ltd. Ontario. Canadá.
I.S.B.N.: 84-3%-1234-6
Depósito legal: M. 12.930-1989
Composición: M.T., S.A. Avda. IslasFilipinas, 48. 28003 Madrid
Diseño cubierta: María J. Velasco Juez.
Fotomecánica: Pentados, S.A. C/ Hierro, 9 28045 Madrid.
Impresión y encuademación: Litoprint, S.A.
Villafranca del Bierzo, 32. Fuenlabrada (Madrid)
DISTRIBUIDORES EXCLUSIVOS PARA ESPAÑA: DISTRIBERICA, S.A.
Ctra. de Irún, km. 13,350 (variante de Fuencarral). 28049 Madrid
2
Capítulo Uno
Los periodistas descendieron como una bandadade buitres, rodeando el Audi rojo antes de que
Jamie Gerland pudiese siquiera abrir la puerta. Un destello de la ira sorda que había estado
intentando controlar durante los tres últimos días sacudió su cuerpo. Empujó la puerta del coche con
todas sus fuerzas.
—Vamos, miss Isabel, vamos a tener que correr un poco.
La puerta cedió lentamente mientras la horda de periodistas, fotógrafos y cámarastomaban
posiciones.
—Dios mío —murmuró la mujer mayor sentada junto a Jamie, con auténtica consternación—.
¿De dónde han salido todas estas personas?
—Éstas no son exactamente personas, miss Isabel —dijo Jamie cáusticamente—. Son
periodistas.
Cogiéndole la mano a miss Isabel, le dijo:
—Salga por mi lado del coche y manténgase junto a mí. No diga nada, tan sólo concéntrese en
llegar rápidamente a lapuerta delantera, ¿entendido?
El moño plateado de Isabel Fitzgerald tembló cuando ella agitó la cabeza en un nervioso gesto
de asentimiento.
—Entendido, pero ¿por qué están aquí?
—Quieren una historia —-dijo Jamie con brusquedad.
—Sobre Hadley.
—Eso me temo.
—¿Pero cómo han podido saberlo tan pronto? —susurró Isabel tristemente mientras empezaba
a salir del coche tras Jamie.
—De la misma forma enque las autoridades supieron cómo irrumpir en la casa para registrar
todos los archivos y libros de Hadley —le dijo Jamie con amargura—. Cade Santerre debe haberles
puesto al corriente de los resultados de su brillante investigación.
—No es posible que el señor Santerre haya informado a la prensa para que se nos arrojaran
encima de esta forma. Se ha portado siempre tan correctamente, a pesar de...Jamie respiró hondo mientras seguía empujando la puerta con fuerza.
—El señor Santerre es el tipo de hombre que hace siempre lo que le da la gana, sin importarle el
daño que pueda ocasionar. Es más despiadado... —mientras hablaba, logró abrir la puerta lo
suficiente como para salir del coche, arrastrando a miss Isabel— ...,mentiroso farrullero hijo de...
—¿Podría repetir eso por el micrófono,señorita Garland? —inquirió un reportero—. Y
díganos a quién se estaba refiriendo por favor.
Antes de que Jamie pudiera contestarle que podía haberse referido perfectamente a cualquier
miembro de la fraternidad de gente de prensa que les rodeaba, una voz grave y amenazadora
intervino en la conversación
—Déjenla en paz —ordenó Cade Santerre, apartando bruscamente a tres fotógrafos mientras
avanzabahacia Jamie y miss Isabel—. No desean hablar con la prensa.
—Nuestros lectores merecen respuestas. Algunos de ellos estaban entre las víctimas de Hadley
Fitzgerald —dijo irritadamente una periodista.
Guiada por sus instintos, profesionales, se dirigió directamente a miss Isabel, intuyendo que era
la presa más débil.
—Señorita Fitzgerald, tenemos entendido que es usted pintora. ¿Hasta qué punto estabausted
al corriente de las estafas de su hermano?
—No tenía idea —susurró miss Isabel desconsoladamente—. En serio, nunca supe nada del
asunto. Estoy segura de que tiene que haber una explicación. Hadley nunca haría una cosa así.
—¿Y usted, señorita Garland? ¿Es cierto que era usted la secretaria privada de Fitzgerald? ¿Su
amante? ¿Es cierto que él se lo había contado todo y que usted le ayudó a...
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