JAZZ
Del jazz
Las características definitorias del jazz son: un especial sentido del ritmo, el uso de la improvisación y un peculiar tratamiento sonoro y armónico basado en los cantos de trabajo,
en los góspels, y espirituales y sobre todo en el blues.
Desde sus comienzos, el jazz se ha ramificado en muchos subestilos carentes de una descripción única que se adapte a todos ellos con fiabilidad absoluta. Los intérpretes de jazz
improvisan dentro de las convenciones del estilo que han elegido. La improvisación se acompaña de una progresión de acordes de una canción popular o una composición original
que se repite. Los instrumentistas imitan los estilos vocales negros, y los efectos sonoros
como gruñidos y gemidos. La voluntad de crear un sonido personal de color tonal ha llevado a los músicos a la
utilización de unos ritmos que se caracterizan por una sincopación constante (el
ritmo
sincopado sucede cuando los tiempos débiles en el compás se enfatizan como si fueran acentos. Esta manera de crear ritmo se usa en la música y en el baile. El énfasis que resulta
en ritmo sincopado se puede crear con el uso de instrumentos musicales o con movimientos de baile y gestos expresivos) y también por el swing la sensación de estire y afloje que surge
cuando se oye la melodía alternándose con el pulso o la división del pulso esperados. Las partituras escritas si existen, se usan tan solo como guías de la estructura dentro de la cual
se desarrolla la improvisación. La instrumentación típica comienza con una sección rítmica formada por el piano, el contrabajo, la batería y una guitarra opcional, a la que se pueden
añadir instrumentos de viento. En el bis bandas los vientos se agrupan en tres secciones: saxofones, trombones y trompetas. Hay excepciones en algunos subestilos pero la mayor
parte del jazz se basa en la adaptación de infinidad de melodías a algunas progresiones de ...
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