jbbk
Páginas: 169 (42087 palabras)
Publicado: 22 de julio de 2014
Ahora me parece que Fanshawe siempre estuvo allí. Él es el lugar donde todo
empieza para mí, y sin él apenas sabría quién soy. Nos conocimos antes de que
supiéramos hablar, bebés con pañales gateando por la hierba, y antes de cumplir los
siete años ya nos habíamos pinchado los dedos con un alfiler y nos habíamos hecho
hermanos de sangre para toda la vida. Siempre quepienso en mi infancia ahora, veo a
Fanshawe. Él era quien estaba conmigo, quien compartía mis pensamientos, a quien
veía cada vez que apartaba la vista de mi mismo.
Pero eso fue hace mucho tiempo. Crecimos, nos fuimos a distintos sitios, nos
distanciamos. Nada de eso es muy extraño, creo yo. La vida nos arrastra de muchas
maneras que no podemos controlar y casi nada permanece con nosotros.Muere cuando
nosotros morimos, y la muerte es algo que nos sucede todos los días.
Este noviembre hará siete años, recibí una carta de una mujer que se llamaba
Sophie Fanshawe. “Usted no me conoce”, empezaba la carta, “y me disculpo por
escribirle tan inesperadamente. Pero han ocurrido cosas y, dadas las circunstancias, no
tengo mucha elección.” Resultó que era la mujer de Fanshawe. Sabía que yohabía
crecido con su marido y también sabia que vivía en Nueva York porque había leído
muchos de los artículos que yo publicaba en revistas.
La explicación venía en el segundo párrafo, muy bruscamente, sin ningún
preámbulo. Fanshawe había desaparecido, escribía ella, y habían pasado más de seis
meses desde la última vez que le vio. Ni una palabra en todo ese tiempo, ni la más ligera
pista dedónde podría estar. La policía no había encontrado rastro de él, y el detective
privado al que contrato para buscarle se había presentado con las manos vacías. Nada
era seguro, pero los hechos parecían hablar por si solos: probablemente Fanshawe había
muerto; era inútil pensar que volvería. A la luz de todo esto, había algo importante que
necesitaba hablar conmigo, y quería saber si yoaceptaría verla.
Esa carta me causó una serie de pequeños sobresaltos. Había demasiada
información para absorberla toda a la vez; demasiadas fuerzas tiraban de mí en
diferentes direcciones. Fanshawe había reaparecido súbitamente en mi vida. Pero no
bien se mencionó su nombre, se desvaneció de nuevo. Estaba casado, había estado
viviendo en Nueva York, y yo ya no sabía nada de él. Egoístamente, mesentí dolido
porque no se hubiera molestado en ponerse en contacto conmigo. Una llamada
telefónica, una postal, una copa para rememorar los viejos tiempos, no habría sido
difícil. Pero la culpa era igualmente mía. Yo sabía dónde vivía la madre de Fanshawe, y
si hubiera querido encontrarle, habría podido fácilmente preguntarle a ella. La verdad
era que había dado por perdido a Fanshawe. Su vidase había detenido en el momento
en que seguimos caminos separados, y para mi ahora pertenecía al pasado, no al presente.
Era un fantasma que llevaba dentro de mí, una figura prehistórica, algo que ya no
era real. Traté de recordar la última vez que le había visto, pero nada estaba claro. Mi
mente vagó unos minutos y luego se detuvo, fijándose en el día en que murió su padre.
Entoncesestábamos en el instituto y por lo tanto no podíamos tener más de diecisiete
años.
Llamé a Sophie Fanshawe y le dije que estaría encantado de verla cuando le
conviniera. Quedamos para el día siguiente y ella parecía agradecida, a pesar de que le
expliqué que no sabia nada de Fanshawe y no tenía ni idea de dónde estaba.
Ella vivía en una casa de alquiler de ladrillo rojo en Chelsea, un viejo edificiosin ascensor con una escalera sórdida y paredes con la pintura desconchada. Subí los
cinco pisos, acompañado por los sonidos de las radios, las peleas y la cisterna de los
retretes que llegaban de los apartamentos, me detuve para recuperar el aliento y luego
llamé con los nudillos. Un ojo me miró por la mirilla de la puerta, se oyó un ruido de
cerrojos y apareció Sophie Fanshawe delante de...
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