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La crítica tardará en reaccionar ante la aparición, en 1957, de Los deshabitados, novela de Marcelo Quiroga Santa Cruz. Cuando lo haga, casi diez años después de la publicación de la novela, dirá que en ella no se manejan categorías sociales sino psicológicas y existenciales; que no describe la historia de una época, concentrándose únicamente en el proceso de la conciencia interior. La críticaafirmará también que la novela carece de vínculos y relaciones con las características propias de la nación boliviana. Al alabar en ella las renovaciones formales que la apartan del realismo social, terminará dando de la novela una visión estática, petrificada, aislada, sin importarle en nada el hecho de que la obra fue escrita pocos años después de producida la revolución de 1952, el acontecimientoquizás más importante de la historia boliviana contemporánea.

Tomamos el caso de Los deshabitados con el propósito de mostrar que una crítica subjetiva, intuitiva, no necesariamente errada o falsa, pero sí parcial y poco explicativa, tiene dificultad en ver que la novela de Quiroga Santa Cruz percibe de manera muy particular y significativa el proceso social posterior a la revoluciónnacional, visión que no se queda en descripciones abstractas, como esta crítica parece pensar, sino que hunde sus raíces en los detalles más interesantes del desenvolvimiento de rutinas diarias muy concretas. En efecto, pensamos que es el estudio de las conductas cotidianas lo que nos permite alejarnos no sólo de la crítica subjetiva, sino también de la trampa en la que frecuentemente caen lasexplicaciones socio-históricas, para las cuales el hecho histórico de la revolución explicaría la novela. No nos cabe la menor duda de que esta obra sería muy diferente sin el acontecimiento de 1952, pero de este hecho también dependen el cambio de la mentalidad campesina, el nacimiento de las clases medias y un sinfín de aspectos relacionados con problemas políticos muy actuales. Por este motivo, decirque la revolución de 1952 explica la novela es no aportar en nada al conocimiento de ésta. Muy por el contrario, habría que argüir que no es la revolución la que explica la novela, sino que es ésta la que explica la revolución. Veamos éstos y otros aspectos en la obra de Quiroga Santa Cruz.

El título Los deshabitados es de sí sugerente porque muestra una relación metonímica entre el artítulo“los” y el participio pasivo “deshabitados”. Se trata, pues, de un tropo literario que liga un artículo y un participio pasivo que, en realidad, sirve para calificar a cosas del mundo natural o a objetos inertes. Así, se puede decir que una casa está deshabitada o que un territorio está despoblado, pero resulta revelador que, unido al artículo “los,” este participio desplace su funcióncalificadora de objetos a la nominación de sujetos. Hay aquí, pues, una relación metonímica, por la cual los sujetos han quedado “naturalizados,” reducidos a la función de objetos. Esta sencilla observación tiene una importancia decisiva en el análisis de la novela.

Inclinado hacia el mundo natural, el narrador tiene especial cuidado en describir a sus personajes como cuerpos humanos estáticos,incapacitados para comunicarse con el mundo exterior. Modalidad interpretativa de una sociedad en crisis, el cuerpo humano es visto desde una óptica paralizadora que aísla al organismo de toda posible relación social.

Esta captación estética de la pobre y enrarecida realidad, en la que nuestro estudio—siguiendo el resultado directo de la acción humana en la construcción de lo social—poneespecial interés, va ligada a un sistema de relaciones cuya tensión temática toca a lo largo de la narración los conceptos existenciales de la soledad, de la angustia, del absurdo y de la muerte. Con estos temas, la novela de Quiroga Santa Cruz marca un acontecimiento insólito en la narrativa boliviana, el que rompe por primera vez con el axioma de la necesaria relación inmediata entre el ser humano y...