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Indicaciones y materiales para la enseñanza de la Constitución Departamento de Derecho Político. UNED


El presente texto se reproduce con fines exclusivamente docentes, para su uso por parte de profesores y alumnos
en el ámbito de la enseñanza de la Constitución


José Asensi Sabater, Constitucionalismo y Derecho Constitucional – materiales para una introducción--, Valencia: Tirant loBlanch, 1996.
“Capítulo cuarto. El contenido de la Constitución (I): Los derechos y libertades”, págs. 97 a 133.
Extracto
I. CONSTITUCIONALISMO Y DERECHOS CIUDADANOS
Como categoría central del moderno Derecho Constitucional, la noción «derechos fundamentales» ha llegado a adquirir un significado técnico jurídico bastante preciso, referido a aquellos derechos que pueden ser ejercidos de unmodo efectivo por sus titulares porque el ordenamiento jurídico sanciona los actos de cualquier naturaleza que los vulneren, de suerte tal que permiten el desarrollo libre del ciudadano en la comunidad política (...).
A) Las raíces culturales de la idea de libertad
(...) A partir del Renacimiento surgirá una nueva representación del «hombre» como sujeto de derechos de los cuales es dueño, bien pornaturaleza, bien por determinación de la comunidad. Sobre estos supuestos básicos se construirá la nueva y potente filosofía política de la Ilustración, para la cual, como consagrará la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, «la meta de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre».
Como dijera B. Constant, frente a laconcepción política de los «antiguos» según la cual la libertad era algo inseparable de la participación de los ciudadanos en la comunidad, la «libertad de los modernos» se concebirá ante todo como la conquista por el ciudadano de una zona de privacidad, de autonomía individual frente al Estado mismo.
B) Los derechos y libertades y la organización jurídica
Pero al margen de la problemática,permanentemente abierta, que plantea la libertad para la filosofía -en cuanto que constituye uno de los motivos principales de la filosofía misma-, el ejercicio concreto de la libertad en el seno de las organizaciones sociales requiere inevitablemente la necesidad de su regulación. Tal regulación no tiene por qué



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ser únicamente de índole jurídica, pues existen también reglas morales, religiosas o puras regularidades fácticas que en diferentes lugares y épocas han disciplinado las conductas y actividades concretas de los individuos. Pero son las reglas que llamamos propiamente jurídicas las que, en el ámbito de la cultura occidental, han llegado a conformar un ámbito de seguridad yeficacia en el cual se hace posible que las libertades concretas de los individuos se puedan realizar. Las reglas de Derecho recortan las libertades existenciales pero otorgan, a cambio, libertad jurídica, es decir, derechos. Estos no pueden ser sino derechos constreñidos, limitados en su natural e instintiva expansión, pero son derechos organizados en un marco más o menos efectivo de seguridad y derespeto a determinados valores. Es así como Rousseau pudo afirmar que, «sólo la fuerza del Estado -en cuanto que portadora, podríamos añadir, de una determinada fuerza normativa- crea la libertad jurídica». Y, en efecto, la existencia generalizada de derechos concretos requiere una organización política capaz de asegurar su ejercicio y de sancionar las posibles violaciones.
Así pues, lasorganizaciones políticas de todas las épocas han conocido la existencia de «derechos» en el ámbito de las relaciones interpersonales, en las relaciones de intercambio y distribución de bienes o servicios, o mediante la imposición de reglas punitivas. Sin embargo, sólo en las organizaciones políticas más desarrolladas, donde ha sido posible limitar el ejercicio del poder por medio del Derecho -y esa...