Jesús, Solidaridad de Dios

Centro de Estudios de los Dominicos del Caribe
Bayamón, PR












Jesús: Solidaridad de Dios











Jesús M. Quintana Rivera
Curso: Cristología
Prof.: Juan Bek
28 – 11 – 06

Jesús: Solidaridad de Dios



Porque aunque nuestro corazón nos condene,
Dios es más grande que nuestro corazón y lo conoce todo.
(Cf. 1 Jn 3,20)



Al inicio de nuestros encuentros, reflexionábamos sobre lapregunta que Jesús hace a sus discípulos: “¿y vosotros, quien decís que soy yo?. En aquel momento di mi respuesta; bueno, en realidad di muchas respuestas, mirando el fin y el objeto de la pregunta desde diversos ángulos. Después comencé a mirar en los evangelios aquello que Jesús decía sobre sí mismo, intentando leer el evangelio desde una clave particular. Lo que encontré me desanimó mucho, puesJesús pocas veces habla sobre su persona. Incluso habla muy poco sobre cualquier cosa. A excepción de Mateo, quien divide su evangelio en distintos discursos, Marcos y Lucas nos presentan a un Jesús siempre en acción, siempre en camino. Descubrí también que hay muchas menos referencias a Dios y el pecado que las que creía recordar. Más que nada abunda referencias – casi ninguna directa – alReinado de Dios.

Entonces decidí ir a buscar al Catecismo de la Iglesia Católica y descubrir allí lo que el Magisterio oficial piensa acerca de Jesús. Me llamó la atención que al hablar de la salvación que hemos obtenido por Cristo Jesús, el catecismo nos diga que: su muerte violenta pertenece al misterio del designio de Dios (600), a través del cual nos rescata y libera de la esclavitud delpecado (601). Cristo es visto como Cordero sin tacha ni mancilla quien con su sangre preciosa nos ha rescatados (602), y como “Cordero de Dios que quita los pecados del mundo” (608.611). Que el Padre le ama porque ha dado su vida (606), y que “su pasión redentora es la razón de su encarnación” (607). Que por su obediencia hasta la muerte, Jesús nos sustituye, dándose como expiación, justificándonosy soportando nuestras culpas; al tiempo que repara nuestras faltas y satisface al Padre por nuestros pecados (615). Que su amor hasta el extremo, le confiere valor de redención, reparación, expiación y satisfacción al sacrificio de Cristo. Y que ningún ser humano estaba en condiciones de tomar sobre sí nuestros pecados y ofrecerse en sacrificio. Sólo la encarnación, hace posible su sacrificioredentor para toda la humanidad (616).

Nada había en estos números de la experiencia que siempre he tenido de Jesús. Un Jesús solidario, que acepta sí la muerte de cruz, pero sólo como consecuencia de la proclamación del Reinado de Dios, de su deseo de invertir las condiciones injustas y de miseria con las que se encontró y su honda preocupación por el sufrimiento humano. Aparte de queremitía - a mí entender – a erróneas explicaciones anselmianas sobre la explicación de la encarnación y pasión de Jesús, dándole un insuficiente valor a su sacrificio. Tema importante en nuestro caminar hacia el Padre, pues como nos dice José Comblin: “De la concepción de sacrificio depende la concepción de Dios, de Cristo, de la vida humana. En ella se refleja toda la teología”.1 En las siguientespáginas haré una reflexión sobre la relación que existe entre Jesús, el pecado y el sufrimiento humano, intentado rescatar la vida toda de Jesús como Solidaridad de Dios para con el ser humano.

Cada uno de los números del Catecismo que mencioné anteriormente tiene como base una serie de citas bíblicas que justifican las declaraciones del Magisterio. Pero: ¿no deben estas citas verse sometidas auna seria exégesis bíblica, que presentándonos el pre-texto, texto y con-texto de las mismas, arroje luz sobre el personaje que las pronuncia y los destinatarios y razones que le dieron origen? ¿Acaso da igual hablar del pecado, del sufrimiento o de la salvación usando como punto referencial las palabras de Jesús, de Juan el Bautista, de Pedro o Pablo? ¿No son la mayor parte de las palabras...