Jesus
«¿Quién dicen los hombres que soy yo?». A esta pregunta de Cristo se han dado, a lo largo de los siglos, las más diversas respuestas: la de la fe, la de la ciencia crítica, la de la filosofía, la de la psicología, la de la sociología, y la respuesta de una juventud inquieta que anda tratando de hallar un sentido radical para la vida. En el presente capítulovamos a intentar ver la serie de complicaciones y dificultades que se ofrecen a nuestro moderno y exigente espíritu crítico cuando intenta situarse responsablemente ante Jesucristo. No se puede pasar por delante de Cristo y quedarse indiferente, porque con Cristo se decide la suerte de cada hombre.
«¿Quién dicen los hombres que soy yo?». La pregunta de Jesús a sus discípulos resuena a lo largode los siglos y llega hoy hasta nosotros con la misma actualidad que poseía cuando fue formulada por primera vez en Cesárea de Filipo (Mc 8,27). Quien se haya interesado alguna vez por Cristo no puede eludir esta pregunta. Cada generación ha de responderla dentro del contexto de su concepción del mundo, del hombre y de Dios.
1. La respuesta de la fe tranquila
Para la fe tranquila, la respuestaes evidente: Jesús de Nazaret es el Cristo, el Hijo primogénito y eterno de Dios, enviado como hombre para liberarnos de nuestros pecados; en él se cumplieron todas las profecías que fueron hechas a nuestros padres; él llevó a cabo un plan divino preexistente; su amarga muerte en la cruz formaba parte de ese plan; él cumplió hasta la muerte, con fidelidad, la voluntad del Padre; habiendo muerto,resucitó y, de este modo, evidenció el fundamento y la vera cidad de su pretensión de ser Hijo del hombre, Hijo de Dios y Mesías. En este sentido, el cristiano «corriente y vulgar» queda tranquilo y seguro, porque lo anterior constituye el mensaje del que da testimonio el Nuevo Testamento. Consiguientemente, deposita su confianza en Cristo, tanto en la vida como en la muerte. En esta respuesta noexiste la menor preocupación por diferenciar entre lo que es un hecho histórico y lo que es interpretación de ese hecho, condicionado por un horizonte filosófico, religioso, histórico y social. Tanto el contenido como la forma del mensaje son afirmados, indistintamente, como inspiración del Espíritu Santo, como algo que está consignado en las Escrituras inspiradas por Dios. Es la figura del Cristodogmático.
2. Las respuestas de la era del criticismo
Pero resulta que hacia el siglo XVIII hizo su aparición la razón crítica. El hombre comenzó a cuestionar los modelos de interpretación social y religiosa. Los estudios históricos realizados sobre la base de una seria investigación de las fuentes ponían al descubierto los mitos y las ideologías dominantes. Y esa investigación, que nisiquiera se detuvo ante el Nuevo Testamento, en seguida descubrió que los evangelios en modo alguno son biografías históricas de Jesús, sino testimonios de la fe, frutos de la predicación y la piadosa y parcial reflexión de las comunidades primitivas. Los evangelios son, ante todo, una interpretación teológica de unos hechos acaecidos, más que una descripción objetiva y neutral de lo que históricamentefue Jesús de Nazaret. Este descubrimiento actuó como un reguero de pólvora que, poco a poco, hizo que se propagara un incendio que aún hoy no se ha extinguido del todo. Las reacciones fueron múltiples y hasta contrapuestas. La cuestión se replantea en los siguientes términos: hemos de intentar dar con el Jesús histórico que está en la base y en la raíz del Cristo dogmático.
a) ¿Cómo sabemos queJesús existió?
La primera respuesta de carácter extremista se produjo a finales del siglo XVIII. Así como la «fe tranquila» lo afirmaba todo como inequívocamente histórico, ahora se negaba todo: Cristo no existió nunca; era un mito creado por el inconsciente humano ansioso de liberación, lo cual es un fenómeno que puede observarse en todas las religiones. Tal vez pudiera incluso afirmarse que...
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