Jesus90ypico

Páginas: 5 (1141 palabras) Publicado: 13 de enero de 2015
Yo tampoco me llamo Charly
Beto Ortiz,Pandemonio
Me dijo que me subiera a su carro y me subí. ¿Total? Yo ya no tenía a nadie en este mundo. Ya no tenía nada que perder.
Serían como las dos o tres de la madrugada y, aunque era primavera, en esa calle de Barranco hacía frío. Salvo el viejo guachimán de la esquina que dormía como un oso, no había ni un alma en toda la cuadra. El barrio andababastante tranquilo para ser fin de semana y yo estaba a punto de quedarme dormido de pie cuando el sonido del motor me puso en guardia. Me han pegado tantas veces últimamente que ahora me he vuelto un poco paranoico; al menor ruido me despabilo y miro a todos lados. Cuando Salvador llegó, yo ya llevaba varias horas allí, parado en vano, sintiéndome ridículo con ese coqueto pañuelito celeste amarradoal cuello. ¿Qué digo varias horas? ¡Varios días!, ¡varias noches mosqueándome, como pan que no se vende! Semanas incluso desde que me botaron a patadas de mi casa por atrevido y comencé a llevar esa vida a salto de mata, esa rutina de vagabundo que, por poco, no me mata. Sonará estúpido, pero lo que más rabia me daba de la triste situación en que me encontraba no era el hambre, tampoco las burlasni el desprecio de la gente. No. Lo peor era el absurdo corte de pelo que me hicieron. De lejos, la más humillante consecuencia de un accidente que pude haber evitado. El mismo día que me echaron de mi casa, un par de fumones me dio la bienvenida a la puta calle haciéndome la bronca en medio del parque Torrepa. Fue mi culpa. Eso me pasó por confiado. Primero se hicieron los buena gente,haciéndome creer que me iban a convidar un anticucho que se estaban comiendo y que olía tan bien, pero apenas me acerqué, los malignos se me fueron encima. Yo, que siempre he sido tranquilo, me batí como un león y, como no pudieron conmigo, salieron disparados los muy maricas, pero, al poco rato, contraatacaron; uno de ellos salió de pronto de un callejón y me empezó a corretear con una lata en la mano.Pensé que sería ácido, lejía o agua hirviendo. Temí lo peor y, por supuesto, corrí, pero no lo suficiente como para evitar que me cayera encima un tremendo chorro de pintura negra. Maldito pastrulo, me cagó. Por más que traté, no pude quitármela con nada y pronto se apelmazó con el pelo y se me formó una especie de costra que, más que una mancha de esmalte, parecía una quemadura. Daba lástima. Ahora,además de vago, parecía un loco de la calle, un leproso.
Anduve así hasta que, un buen día, una señorita se apiadó de mí y me llevó a cortar el pelo. Pero ya no había mucho que pudiera hacerse, así que me raparon sin asco, como quien esquila a una oveja. Parecía que me hubiera fugado de un cuartel o de un manicomio. El remedio era peor que la enfermedad. Pero mejor regresemos al principio: noshabíamos quedado en que Salvador llegaba y se estacionaba con su carro. Una camioneta negra normal nomás como las que todos tienen, igualita a cualquiera de las miles que hay en Lima. Como lo vi dejando en su casa a una chica guapaza con minifalda de cuero y pinta de gitana, lo primero que pensé fue: “Okey, este no es gay”, pero me equivoqué. Apenas la chica se metió al edificio, el pendejo deSalvador se quedó mirándome, avanzó despacito hasta donde yo estaba, abrió la puerta del copiloto y, mientras yo lo tasaba con la pálida luz de la cabina, lo escuché decirme: “Sube”. Yo me subí de un brinco, ni cojudo. Estaba claro que, con el mal aspecto que me gastaba, una oportunidad como esa no se iba a repetir, así que me acomodé bien tranquilito en el asiento de cuero, puse mi mejor cara de sanoy traté de parecer un buen chico. Durante todo el camino hasta su casa, Salvador se la pasó formulándome preguntas, pero también diciéndome cosas bonitas y, de rato en rato, hasta haciéndome cariñito con una mano mientras manejaba con la otra. Yo me dejaba acariciar feliz y, una vez que hubimos entrado en confianza, le correspondí acurrucándome en el asiento y apoyando mi cabecita sobre su...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS