Jflndas

Un frío infernal me recorre todo el cuerpo, hueso a hueso, siento como los músculos se me van parando poco a poco debajo de mi arrugada piel. Intento mover el pie pero noresponde, en una mano tengo la postal de la virgencita del pino, la agarro con toda la firmeza que puedo, aunque estoy segura que si entrara una pequeña ráfaga de viento se la hubiesellevado sin inmutarse de que la intento proteger, más bien de que intento que ella me proteja. Quiero gritar su nombre, quiero pedirle que se quede conmigo, que no permita queme vaya, que haga algo.
Tardo tres latidos de mi desgastado corazón en separar mis labios, me dispongo a llamarlo pero de mi boca solo sale un suspiro, un insignificante suspiro.No puedo abrir los ojos, siento que alguien los ha vendado y no permite que me despida de mi hogar, de mi familia, de mi amor, ese alguien me llama, me dice que me tengo que ir,que ya llegó la hora, mi hora. Mi cerebro no deja de gritar nombres y por mi mente pasa rápidamente imágenes de mi vida, imágenes que me gustaría llevar a la eternidad.
Micorazón late cada vez más lento, me estoy perdiendo poco a poco, mis piernas han muerto y mis brazos se van con ellas; pongo todas mis fuerzas en llamarlo, no conseguí emitir ni unsimple suspiro, pero esta vez unos ásperos pero suaves labios responden a mis sufrimientos, transmiten ternura, amor y demasiada desesperación. Siento como mi cuerpo arde de purapasión y a la vez se enfría cada vez más deprisa. No quiero dejarlo, no quiero que se separe de mí lado. Mis labios no reaccionan con los suyos, mi cuerpo no reacciona, mi mentedesaparece junto con mi alma, yo soy la que desaparece, siento como sus labios se apoyan en mi frente y en un susurro me dedicó la frase más bonita, dulce y simple:
Te quiero.