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Passolini busca, en esta alegoría de la miseria y la violencia, retratar lo que para él es la sombra más grande que aqueja a la humanidad. El poder.
Es el poder lo quereprime al hombre y la mujer, es lo que dicta su comportamiento. Las vejaciones retratadas en verdad son simbolismos muy potentes. Refieren a la alimentación, a la producciónen masa, a las imposiciones de género y religiosas. Todo esto supone un código de conducta específico, normas.
Es, Saló, el ejemplo más claro de lo peligroso que puedellegar a ser un deseo frustrado. Levantar tabúes y condenar ciertas situaciones humanas, conduce a la perversión total.
En este marco, el chivo expiatorio son siempre lasnuevas generaciones. En ellas se descargan todos los deseos frustrados de la generación anterior. Es por esto que los seleccionados por los 4 sádicos para las torturas sonadolescentes.
Es la historia quién reprime el futuro, es el fracaso lo que promueve la derrota de quienes aún no dan la pelea. Es la perpetuidad del poder la que debe serresguardada, y en esa tarea está todo permitido.
Superar estas tendencias, y potenciar nuestras luces, requiere de un reconocimiento a nivel colectivo de lo que nos reprime. Loexplícito de las escenas que vimos se condice completamente con las humillaciones que los sistemas de dominación ejercen sobre nuestros cuerpos. También es necesario admitirnuestras situaciones de privilegio y dejar de ejercer presión sobre los demás. De esta manera las sociedades serán libres de verdad, colectiva e individualmente.
Saló, olos 120 días de Sodoma, es un recordatorio de los límites que alcanza la miseria humana cuando se ve sumida en las sombras. Es un grito desesperado que dice nunca más.