jiji

Las mismas caras, todos los días, en todas partes.

Se me pidió redactar un ensayo.
Frecuente es, frente a situaciones como ésta, que pasen por mi mente grandes formatos, grandes temas, grandes autores que con maestría dominaban las artes del hablar, y podrían servir de referente para crear una obra al menos ridículamente parecida. Sin embargo, también es cierto, que en realidad lainspiración no se busca, sino que se encuentra, llega por si sola, cuando menos se le espera. Así que sin más, me forcé a salir de mi ensimismamiento y pagué al chofer, que me miraba ya irritado, con la palma de la mano estirada hacia arriba, esperando el dinero.

Tomé mi mochila que sujetaba entre mis piernas y avancé tambaleándome de un lado a otro, hasta ocupar mi asiento predilecto, justo al fondo, ala izquierda junto a la ventana.

Junto a mí, una estudiante, que no tendría más de doce años, se movía enérgicamente tarareando una canción cuya melodía empalagosa me sonaba conocida. No logré reconocerla, pero no divergía de las mismas canciones pegajosas que solía yo escuchar a esos años, y hasta pude haberla seguido. La pre-adolescente con chapitas en la mochila, pulseras en las muñecas, larebeldía propia de la edad y el sueño de cambiar el mundo. La adolescencia es el período en que todo cambia, es la etapa que marca el cambio de niño a adulto, la época en que se “adolece”. El cambio suele ser duro, y por primera vez se empieza a hacer uso de una autonomía ya bien definida, hay miedos y frustraciones, búsqueda de nuevos referentes, se define la personalidad y…

-La muchacha dejacaer su reproductor de mp3-

…Y torpeza, si, hay mucha torpeza.

Levanté la vista y en el asiento delantero yacía un muchacho con un libro en la mano. Usaba anteojos grises, y parecía devorar las palabras con la mirada. Descifrar su personalidad, resultaba una tarea más difícil que la anterior. Podía corresponder al intelectual que gusta de la lectura por placer – de los pocos que quedan – obien a un estudiante cuyo objetivo es terminar casi con desesperación la tan anhelada carrera para comenzar por fin a trabajar. Respuestas frente a ello no lo sé, pero parecía sumergido en su mundo, como muchos otros, con un buen distractor, en este caso un libro.

Una señora de avanzada edad, miró con desdén al joven, que inmerso en su lectura no fue capaz de reparar en que necesitaba elasiento. Aquella mujer, con bolsas de multitiendas en sus manos, gruesas capas de maquillaje, y el decoro y la delicadeza hasta en los labios, se movió con recelo y un hombre, aparentemente ya trabajador, se levantó para cederle su puesto. La mujer le dedicó una sonrisa y se sentó luego.

El hombre trabajador cargaba una mochila en sus hombros, y sus ojeras denotaban un cansancio tremendo. Suspiróy miró el reloj. Supuse que pretendería ver a su familia. Llegaría a comer un poco y luego dormiría hasta el día siguiente.

Al extremo derecho, una vieja bonachona intentaba hablarle a un chiquillo escolar que no le prestaba atención, y un anciano le miraba irritado con la intención de que se callara; el chofer daba bocinazos para que el auto que iba adelante apurara el paso, al tiempo que unpar de estudiantes tocaban el timbre para bajarse.




Es impresionante, como mil mundos pueden entremezclarse – o justamente todo lo contrario – en un trayecto que no dura más allá de treinta minutos.

En un microbús en Chile, en la región de Concepción, pueden ir 26 pasajeros sentados, y otros 20 de pie. Escenario perfecto para que se encuentren mundos completamente distintos. La granmayoría de la población toma, o en algún momento de su vida, el transporte público. Y aquí, ya no hay excusas, unos con otros, en algún punto del recorrido, nos toparemos.

Lo paradójico resulta ser, que en realidad todos hemos vivido cada una de estas historias, porque se repiten constantemente. Quizás me estoy dejando llevar mucho por los estereotipos… Es probable, tal vez. Sin embargo, creo...