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¿Qué opina Dios sobre la Democracia?
 
 Farid Kahhat (Diario La Reforma, México, oct. 2007)
Quienes citan pasajes del Corán para demostrar la naturaleza vesánica de la religión musulmana, suelenolvidar que para los musulmanes el contenido de la Biblia también constituye una verdad revelada por un Dios único y omnisciente (esa es por ejemplo la razón por la cual Abraham, el profeta bíblico,es reverenciado tanto por judíos y cristianos como por musulmanes). En esos casos, no sólo se ignora la raíz común a las tres religiones monoteístas, sino además el hecho de que la Biblia tambiéncontiene pasajes que podrían suscitar comentarios similares.
Ese no es necesariamente el caso de todas las religiones. La prédica budista, por ejemplo, carece de invocación alguna al uso de la fuerza o ala animadversión hacia quienes no comparten sus preceptos. Por razones como esa nadie alega que el budismo que profesa alrededor del 90% de la población en Myanmar sea una de las explicaciones delautoritarismo crónico que padece ese país, o el hecho de que, según el listado de Transparencia Internacional, se trate del Estado más corrupto del planeta.
Cuando se trata del Islam, en cambio, eshabitual afirmar que, a diferencia del budismo, en la tradición musulmana el Estado es por naturaleza teocrático, razón por la cual esa religión sería incompatible con la democracia. Lo cual olvida que,pese a la bonhomía habitual de los monjes budistas y las bondades de su prédica, el Estado tibetano durante su existencia independiente concedió un poder absoluto a los líderes religiosos. Por lodemás, cualquier modelo consensual de “Estado Islámico” desapareció con el Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial y, salvo por Bin Laden y sus acólitos, ya nadie aspira a resucitar un Estadoconfesional pan-islámico.
En cualquier caso, si lo que se pretende es encontrar algún precepto religioso cuya compatibilidad con la democracia resulte altamente improbable, el concepto de “Castas”...