jkauja
Páginas: 2 (295 palabras)
Publicado: 22 de octubre de 2013
Al oír estas últimas palabras entré resueltamente en la sala. Don Anselmo y su esposa
dieron un grito de sorpresa.
-¿Qué quieres? -me preguntóel primero, adelantándose un paso con el bastón levantado.
-Yo vengo, señor -le contesté-, vengo a velar sin descanso junto al lecho de don Carlos
Altamira.
Pero yo había llegadomuy tarde... ¡No tuve allí más misión que la de cerrar piadosamente
los ojos fijos y vidriosos, que tal vez se levantaron de un modo consciente al -380- cielo,
en la agonía de aquel que fueuno de los hombres más atormentados en este valle de
amargura!
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Aquí debo poner punto. Mi vida cambió porcompleto desde aquel instante, como veréis, si
aún os interesa esta sencilla narración.
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Si se advierte algún tipo de error, o desea realizar alguna sugerencia le solicitamos visite el
siguiente enlace.-No, hombre; no está malo. ¿Y qué has hecho?
-He gritado como todos: ¡viva Fernando VII! ¡mueran los chapetones!
-Pase lo primero; lo segundo de ninguna manera. -36- No se debematar a nadie cuando
se va a hacer vivir a la patria.
-Eso mismo acaban de decir algunos. He hablado, también, como Murillo y he concluido
con ¡viva la libertad!
-Magnífico, hijomío.
-Pero..., perdone su Paternidad: no sé bien todavía lo que hemos hecho todos, ni de cómo
ha sucedido esto desde el amanecer.
-Eso puedo decírtelo de mil amores, si te vienesconmigo al convento. Hay tiempo de
hablar mientras concluye el cabildo y creo saber, también, todo lo que de él ha de salir.
Mis camaradas no se opusieron a que le siguiese, por res
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