jksahbknds

Páginas: 5 (1162 palabras) Publicado: 28 de octubre de 2013

NARRADOR (YANITZA)
DON JERÓNIMO (ALICIA),
DOÑA PAULA (DANIA),
BARTOLO (VIVIANA),
ANDREA, GINÉS, LUCAS, (ANDREA)

ESCENA QUINTA
D. JERÓNIMO. Anímate, hija mía, que yo confío en la sabiduría portentosa
de este señor, que brevemente recobrarás tu salud. Esta es la
niña, señor doctor. arrimad sillas. (Traen sillas los criados. D.a PAULA se
sienta en una poltrona entre BARTOLOy su padre. Los
criados detrás, de pie.)
BARTOLO. ¿Conque ésta es su hija de usted?
D. JERÓNIMO. No tengo otra, y si se me llegara a morir me volvería loco.
BARTOLO. No, señor, no se morirá... Vean
ustedes aquí una enferma que tiene un semblante capaz de
hacer perder la chaveta al hombre más tétrico del mundo. Yo,
con todos mis aforismos, le aseguro a usted... ¡ Bonita caratiene!
D.a PAULA. ¡Ah!, ¡ah!, ¡ah!
D. JERÓNIMO. Vaya, gracias a Dios que ríe la pobrecita.
BARTOLO. ¡Bueno! ¡Gran señal! ¡Gran señal! Cuando el médico hace reír
a las enfermas es linda cosa... Y bien, ¿qué le duele a usted?
D.a PAULA. Ba, ba, ba.
BARTOLO. ¿Eh? ¿Qué dice usted?
D.a PAULA. Ba, ba, ba.
BARTOLO. Ba, ba, ba, ba. ¿Qué diantre de lengua es ésa? Yo no entiendopalabra.
D. JERÓNIMO. Pues ese es su mal. Ha venido a quedarse muda sin que se
pueda saber la causa. Vea usted qué desconsuelo para mí.
BARTOLO. ¡Qué bobería! Al contrario, una mujer que no habla es un
tesoro. La mía no padece esta enfermedad, y si la tuviese, yo
me guardaría muy bien de curarla.
D. JERÓNIMO. A pesar de eso yo le suplico a usted que aplique todo su
esmero a fin dealiviarla y quitarla ese impedimento.
BARTOLO. Se la aliviará, se le quitará; pierda usted cuidado. Pero es
curación que no se hace así como quiera. ¿Come bien?
D. JERÓNIMO. Sí, señor, con bastante apetito.
BARTOLO. Malo!... ¿Duerme?
ANDREA. Sí, señor; unas ocho o nueve horas suele dormir regularmente.
BARTOLO. ¡Malo!... ¿Y la cabeza, la duele?
D. JERÓNIMO. Ya se lo hemos preguntadovarias veces; dice que no.
BARTOLO. ¿No? ¡Malo!... Venga el pulso... Pues, amigo, este pulso
indica... ¡Claro !, está claro.
D. JERÓNIMO. ¿Qué indica?
BARTOLO. Que su hija de usted tiene secuestrada la facultad de hablar.
D. JERÓNIMO. ¿Secuestrada?
BARTOLO. Sí, por cierto; pero buen ánimo, ya lo he dicho : curará.
D. JERÓNIMO. Pero, ¿ de qué ha podido proceder este accidente?BARTOLO. Este accidente ha podido proceder y procede (según la más
recibida opinión de los autores), de habérsela interrumpido a
mi señora doña Paulita el uso expedito de la lengua.
D. JERÓNIMO. Este hombre es un prodigio.
ANDREA. Pues a mí me parece un macho.
D. JERÓNIMO. Y en fin, ¿qué piensa usted que se puede hacer?
BARTOLO. Se puede y se debe hacer... El pulso... (Tomando el pulso aD.a PAULITA.) Aristóteles en sus protocolos, habló de este
caso con mucho acierto.
D. JERÓNIMO. ¿Y qué dijo?
BARTOLO. Cosas divinas... La otra... (Le toma d pulso en la otra mano, y
le observa la lengua) A ver la lengüecita... ¡Ay, qué
monería!... Dijo... ¿ Entiende usted el latín?
D. JERÓNIMO. No, señor, ni una palabra:
BARTOLO. No importa. Dijo: Bonus bona bonum, unciasduas, mascula
sunt maribus, honora medicum, acinax acinacis, est modus in
rebus; amarylida silvas. Que quiere decir que esta falta de
coagulación en la lengua la causan ciertos humores que
nosotros llamamos humores... acres, proclives, espontáneos y
corrumpentes. Porque como los vapores que se elevan de la
región lumbar, pasando desde el lado izquierdo, donde
está el hígado, alderecho, en que está el corazón, ocupan todo
el duodeno y parte del cráneo: de aquí es, según la doctrina de
Ausías March y de Calepino (aunque yo llevo la contraria),
que la malignidad de dichos vapores... ¿Me explico?
D. JERÓNIMO. Sí, señor, perfectamente.
BARTOLO. Pues, como digo, supeditando dichos vapores las carúnculas y
el epidermis, necesariamente impiden que el tímpano...
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