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El portal
María del Carmen Olivas Ortega
A los cinco años de edad, mi experiencia en el mundo se limitaba al espacio que demarcaba la cerca del patio de mi casa. Conocía bien la pequeñahortaliza que mi padre cultivaba, donde nacían los tomates, los rábanos y las zanahorias que con ávido apetito devoraba, tal vez había más vegetales, pero mi memoria se encuentra atada a los coloresardientes de tan deliciosas raíces. Rodeaba encantada, el enorme ramaje que conformaba aquel conjunto de margaritones, húmeda morada de decenas de caracoles vigilantes del mundo con susantenas coronadas con expectantes ojos saltones, y solía armar mi propio mundo debajo de la mesa, mientras mi madre preparaba la cena.
Algunas veces me atrevía a ensanchar mis horizontes alintroducirme a la casa de los vecinos donde vi por primera vez un aparato de televisión, por la ventana algunas veces, otras tantas sentada en el piso , con los ojos cargados de una mirada incrédula antelas miles de imágenes, ya no digamos colores, que de esa caja mágica brotaban.
Sin embargo eso estaba por cambiar, mi edad ya era la justa para iniciarme en el mundo de las aulas, los lápices, loslibros y los cuadernos; ese mundo que se antoja interesante e interminable, y así , se abrió también un portal a un sin número de experiencias en espera de ser vividas, tanto en el trayecto queseparaba mi casa del jardín de niños, como en este mismo.
La tarde era luminosa, o serían mis ojos que exaltados por la emoción, reconocían las calles más amplias y los colores más vivos,caminaba presurosa de la mano de mi madre, era mi primer día de clase. Cómo sería aquello, en pequeños instantes me preocupaba el nivel de preparación que yo tenía para entrar en el mundo delconocimiento; había visto en repetidas ocasiones enfrascarse en arduas tareas a mis hermanos mayores, y no parecía muy fácil; en fin, mi suerte estaba echada y ese día se decidiría mi destino....