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El perro de Juan Jones
Narrador: Putzy es un perro perseguido por la ley: corre tras los autos, muerde sus neumáticos, se revela en contra de las perreras vagabundea por la noche. Un día un automóvil lo atropella y así se le abren las puertas del purgatorio de perros, porque en el paraíso, custodiado por San Bernardo, absolutamente no se puede entrar debido a sus pecados. Mientras tanto, Juan,su dueño, lo busca por todas partes: en la oficina de perros perdidos, en la oficina de perros difuntos; va donde el padre tiempo y la madre naturaleza. Finalmente, llega al lugar de las panas, en el que se halla los perros bribones, y lo recibe el colegio de abogados directores, que se ocupan con rectitud del caso de Juan – Putzy.
Se oye un largo alarido.
Juan: (espantado) ¿Qué es esto?Portero: no es más que el alma de un lobo en viaje hacia el purgatorio.
Juan: Y…. ¿y muerde?
Portero: No tenga miedo, señor Juan. Los lobos que viven en el lugar denominado limbo del lobo se resienten por ciertas costumbres, aun en uso en el purgatorio de los perros, para no citas el olor.
Juan: ¿verdad? (se oye el toque de una campana).
Portero: ¡Ah!, esto significa que el colegio de los abogadosdirectores, por fin llego a una decisión respecto a tu problema. Ahora podemos entrar. (Una pesada puerta cruje y se abre).
Presidente: Usted acomódese aquí señor jones.
Juan: ¡Gracias!
Presidente: Señores del colegio de directores, este es el señor Juan jones, de la tierra, cuya demanda de reunirse a su perro Putzy, numero 70 billones 48 millones doce, acabamos de examinar.
Los miembros delcolegio asen comentarios.
Presidente: Jones, hemos estudiado la cuestión profundamente.
Juan: Muchas gracias.
Presidente: Con plena conciencia hemos estudiado el caso concisiones del olor que usted haya podido pasar por las travesuras….
Juan: ¡Oh, por caridad… ¡
Presidente: …de su perro y las angustias por usted sufridas, hemos llegado a una conclusión. Por lo demás, conocemos su extrañadevoción por su predilecto Putzy, y no le oculto que estos factores han pasado antes de llegar a nuestras conclusiones.
Juan: Si, señor. ¿Entonces puedo ver a Putzy y llevamos?
Presidente: La decisión unánime del colegio aquí presente es que NO puede.
Juan: ¿Cómo? Usted dice que yo no puedo ver…
Presidente: Lo siento. Pero es absolutamente contrario a las normas y reglas establecidas por estainstitución. Si hubiera una excepción con usted, nacerían una infinidad de complicaciones.
Juan: (tratando valientemente de contener las lagrimas). Lo sé, pero ¿no podría ver a Putzy solamente un minuto?
Presidente: Lo siento, Jones.
Juan: ¿Ni siquiera por un pequeñísimo e invisible segundo? Echarle una mirada a través de las rejas y silbarle una vez. Así, mire… (Trata de silbar, pero estalla enllanto).
Presidente: Nos unimos a su dolor, Jones, pero no podemos hacer nada por usted. Tal vez lo consuele el saber que en el Purgatorio de los Perros no existen barrotes.
Juan: (Aliviado.) Esto ya es algo. (Haciendo pucheros.) ¿Le hacen torturas a Putzy? Ya se había aplastado una patita. Supongo que no lo harán sufrir demasiado.
Presidente: Un momento, Jones. Estoy orgulloso de decirle queaquí en el Purgatorio de los Perros no se tortura a nadie. ¿Quién le puso en la cabeza idea semejante?
Juan: Me lo dijo el Padre Tiempo. (Indignación general, no sin una esfumadura de ironía).
Presidente: ¿El Padre Tiempo? Ni siquiera has de creerle una coma de lo que dice. (Con tono confidencial.) No quisiera que llegara a oídos del interesado, pero entre nosotros, absolutamente entre nosotros,creo que el trabajo gasta la parte mejor de aquella criatura. Por lo demás, son trabajos sumamente livianos.
Uno de los Directores: ¡Esa historia de las tortugas es solo una tontería!
Otro Director: Exactamente. Y esto que se sepa bien claramente. Y ahora, señores, ¿no sería conveniente indicarle al señor Jones el trayecto sideral para volver a la tierra?
Presidente: Si, Jones. Creo que el...