Jo Beverley El Lord De Elphindale
Elphindale
Jo Beverly
Perteneciente a la Antología “Faery
Magic
”
Traducido por: Bluefire
Corregido por: Nefertari
Resumen
La encantadora Gwen Forsythe ha amado a
Drew desde que era una niña. Ambos son mitad
hada, pero Drew he negado su parte no humana
durante años. En un intento de escapar para
siempre de la influencia del mágico valle, planea
casarse con otra mujer y mudarse muylejos.
Pero el pueblo hada tiene otros planes y toma
medidas para volver a traer a Drew y hacer que
él y Gwen vuelvan a estar juntos.
En el corazón del bosque, en el corazón de un valle, en algún
sitio en el corazón de Inglaterra, Junio de 1794...
Llamadla Mab, llamadla Titania, llamadla Kerrigwen.
Eternamente joven y con muchos nombres, la Señora se sentó entre
su tribunal de Hadascontemplando el globo esmeralda flotando ante
sus ojos. Estudió los patrones que se arremolinan allí dentro.
— Los humanos traicionan el pacto, Merlon. No mantienen las
tradiciones. —
— Los humanos simples lo mantienen — indicó su consorte,
holgazaneando sobre la hierba suave a su lado. Las mariposas
bailaban sobre su extendida mano al sonido de las flautas élficas.
— Pero el Lord no lo hace. El Lord deElphindale envía hombres para
cortar nuestros árboles mientras él permanece lejos de nuestro
alcance. —
— Morirá. Siempre lo hacen. —
— El siguiente Lord es todavía un niño, y nació fuera del valle. No
dijimos las palabras sobre su cuna. Su madre lo mantiene alejado. —
El hermoso hombre se movió, y con un movimiento rápido de sus
dedos, los insectos se alejaron revoloteando. Levantó la mano y el
globoflotó hacia abajo, cerca de sus ojos.
—Ah— inclinó su cabeza para contemplar las imágenes. — ¿La familia
Elphinson ya no siente el poder del valle? Lo propio debería ser que
estuvieran atados aquí como nosotros. —
— No. Pues entonces no podrían servirnos en el mundo. — La Señora
atrajo el globo de vuelta a sus ojos. — Pero deben estar atados a
nosotros, Merlon. Deben estar atados. —
Ante sutono, la corte de Hadas se quedó inmóvil. Pequeños como una
flor o de tamaño humano, delgados o nudosos, el Pueblo dejó de tocar
y se giró para mirar a su reina. Los árboles temblaron, y los animales
cercanos se estremecieron en sus guaridas.
— ¿Cuánto tiempo — preguntó ella — ha pasado desde que la sangre
de las Hadas se unió con la de los Elphinsons? —
— Quizás cientos de sus años. Sabes quealgunos piensan... —
— ¿Eso son muchas generaciones de humanos, no? —
— Sí, Gran Señora. — Merlon se colocó ahora frente a ella, de rodillas,
tan cauteloso como el resto.
La señora deslizó un dedo bajo su mejilla.
— Querido Merlon. Qué afortunado que te gusten los humanos. Es el
momento de que mezclemos nuestra sangre con la de los Elphinsons
otra vez. —
Cuando él no dio ninguna respuesta, ella logolpeó con la aguda punta
de su uña. —Sonríe. O pensaré que te compadeces de esos otros, los
que no cumplen con mi regla. —
— Es una pena que maldijeseis al Hablador de Amor. Él disfrutaría...
—
La uña de ella perforó su piel.
— ¿Cuestionas mi sabiduría? —
— No, Gran Señora. —
La sangre brotó alrededor de la uña todavía en su carne y comenzó a
gotear despacio por su mejilla.
— Pero el Lord ya tiene unheredero. Matarlo sería... —
— Permitido, si es necesario. —
Ojos verdes se encontraron con ojos verdes.
— El pacto dice que nadie de la familia del señor morirá joven, nunca,
en el parto, o con dolor. —
— Está talando los árboles. Ha roto el pacto. —
Merlon levantó una mano hacia ella.
— Sed misericordiosa, Gran Señora. Es un niño. —
— ¿Te gustan los humanos, verdad? — Despacio, la sera quitósu
mano de la cara de su consorte y rozó su piel para curarlo. Sonrió
pausadamente, enseñando unos dientes pequeños y blancos, y
ligeramente afilados.
— Entonces sálvale, Merlon. Volveré a traer a ese niño a Elphindale.
Tú deberás crear su novia hada. —
Mansión Elphinson, Derbyshire, Septiembre de 1794
Amelia Forsythe leía la carta bordeada de color negro en un agitador
lío de emociones. Debería...
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