Joaquin Barrada
La influencia de Rébsamen y Carlos A. Carrillo tuvo un carácter técnico-pedagógico, fundamentalmente. La orientación políticay social de la enseñanza en la época porfiriana fue obra del grupo de los positivistas y de los grandes políticos de la educación.
La doctrina positivista lleva en su médula propósitos desocialización. En México esperaban los positivistas la revolución industrial para llamar a las filas de su movimiento al proletariado. Así se comprende la posición progresista de la política educativa deJoaquín Baranda y de Justo Sierra, los dos hombres que en el grupo de los "científicos" ocuparon siempre los puestos de avanzados.
El licenciado don Joaquín Baranda se hizo cargo del Ministerio deJusticia e Instrucción Pública en septiembre de 1882. Tenía ante sí la tarea de realizar pronta y eficazmente las públicas y reiteradas exigencias que en materia de educación los pedagogos de fines delsiglo habían hecho circular por todo el país. Y Baranda estuvo a la altura de su elevado cargo: comprendió, con desusada perspicacia, el problema de la educación nacional y tuvo la requerida laposibilidad política para plantearlo y resolverlo en la medida que lo permitieron las circunstancias históricas de la época. Estaba convencido de que la educación es factor imprescindible en el progreso ybienestar de los hombres; de que la escuela, por ende, en un país democrático, debe llevarse a todos los confines de la patria, pues sólo por este medio es posible crear la verdadera unidad nacional;pero de que esto no es posible, si antes no se fundan instituciones adecuadas para la formación de maestros y un órgano administrativo que venga a controlar y uniformar la enseñanza. "La instrucciónpública, dice Baranda, en la Memoria presentada al Congreso en marzo de 1887, está llamada a asegurar las instituciones democráticas, a desarrollar los sentimientos patrióticos y a realizar el progresó...
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