JORGE NAVARRETE URIBE 2

JORGE URIBE NAVARRETE (2)
México y no fue que nuestro país #-2-#cortara la conexión con ellos#-2-#, como apunta el señor Edwards en su artículo, y que, por lo que entendí, era el punto que queríarefutar F.V.B.
2.- No me parece el camino adecuado el elegido por el señor Uribe cuando va al terreno de las comparaciones sobre los sistemas de gobierno actualmente imperantes en ambos países. En estesentido, si un país tiene que aprender de otro (aunque de suyo este término ya es discutible por tratarse de realidades profundamente diferentes), lo debería hacer justamente por su trayectoriahistórica y no por la gestión de un gobierno tal o cual que puede satisfacer o no a qien lo califica. Sin duda, el error se basa en que normalmente la objetividad el análisis está revestida con algúncomponente ideológico de quien lo efectúa. Sin embargo, a pesar de que estas comparaciones sono peligrosas y habitualmente adolecen de algún sesgo político, hay un hecho que resalta inmediatamente: lasdemocracia occidentales se caracterizan, entre otras cosas, por el rápido desgaste que sufren los partidos gobernantes y de ahí las permanentes sucesiones e el poder que permiten cambios no sólo depersonas, sino del tipo y orientación de la conducción política.
En el caso mexicano resulta curioso que no se advierta ese desgaste, al menos en loa comicios, en más de medio siglo de gobierno del PRI, loque, tomando en cuenta la crítica situación ecoómica y social que afecta a ese país, no parece avalar la existencia de una democracia realmente representativa de la que haya que aprender lecciones. Elcalificativo de imperfecta parecería insuficiente, por decir lo menos.
Si bien est no disminuye la importancia de los problemas que afectan a nuestro país, no es menos cierto que el sistema mexicanono sería el máss adecuadopara imitar.
3.- No puedo dejar pasar las consideraciones económicas del señor Uribe. Medir la calidad de una administración sólo por la magnitud de su endeudamiento por...