Jose alejandro castaño
que pena, yo soy una de las tantas sin memoria de este pais, una ignorante de nuestro acontecer actual y de nuestro pasado reciente…
y es que no soporto esas historias de masacres ,de chanchuyos politicos y demas, cuando trataba de ponerme al corriente de esas cosas le iba cojiendo un odio a la humanidad que no medejaba vivir, asi que preferí la feliz ignorancia, en lugar de tirarme a las vias del metro.
José Alejandro Castaño ha convivido con narcotraficantes y sicarios, traquetos, presidiarios, paracos, modelos y reinas de belleza. Sin soltar su libreta de apuntes ha escuchado sus historias y observado sus manías más íntimas; también ha descubierto a sus mascotas y a las fieras que con frecuencia losacompañan. En estas crónicas se descubre una Colombia absurda, insólita y macabra, pero también divertida. Zoológico Colombia es una suerte de safari valeroso que, al leerlo, nos acerca a las fauces de un país desconocido.
¿Cuánto cuesta matar a un hombre?
Enero 4, 2009, 10:36 pm
Archivado en: Colombia, Literatura, Sociedad | Etiquetas: ¿Cuánto cuesta matar a un hombre?, Colombia, JoséAlejandro Castaño, Literatura, matar, morir, olvido, Sociedad
Jamás me ha pasado por la cabeza la idea de matar a alguien. El sólo pensarlo me asusta. Sin embargo, hay mucha gente que sí estaría dispuesta a hacerlo y tienen miles de razones para justificarlo: defensa propia, protección de la familia o los bienes materiales, decepción amorosa y muchas más que deben existir. A pesar de los motivos yoinsisto en que nada justifica quitarle la vida a otra persona. Siempre habrá una solución más inteligente aunque la situación parezca no tener salida.
Pero, además de quienes toman la decisión por un hecho particular, hay otra clase de personas, como las que presenta el periodista José Alejandro Castaño en ¿Cuánto cuesta matar a un hombre?, que podrían matar una y otra vez sin sentir el más mínimoremordimiento. Gente que por dinero y poder es capaz de cometer los peores crímenes. No importa quién es la víctima, si se conoce o no, si es buena o mala, si lo merece o no, lo importante es la recompensa. De esas personas hay muchas en mi país.
Cuando iba en el tercer capítulo del libro le puse un mensaje de texto a José Alejandro. Le dije: “¿Cómo hace uno para estar al frente de “Narices” y novomitarse?”. Me refería a uno de los personajes que entrevistó el periodista para la construcción de una serie de relatos sobre la violencia en las comunas de Medellín. Narices es —o era, no lo sé— el jefe de la banda Los Pinochos, una de tantas que le robó tantas vidas a mi ciudad. Mientras leo su testimonio, que cuenta sin un asomo de pudor o arrepentimiento, me lleno de tanta impotencia ytristeza, que debo para la lectura y descansar antes de volver a leer sus atrocidades.
No sé cómo hace José Alejandro para entrevistar a gente así. Yo no quisiera conocerlos jamás. Me duele que sean protagonistas de nuestra literatura. Pero sé que deben estar ahí porque este país sin memoria necesita que se lo recuerden una y otra vez. Este país que ya olvidó la violencia del narcotráfico. Este país...
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