Jose Carlos Becerra, Te Hablo

"Los crepúsculos se alimentan de adioses.
Adioses que cumplen tu nombre allí donde el olvido
es esa sonrisa
que ondea en tus labios como en lo altodel mástil.
Tu olvido es tu boca
vagando por palabras como regiones perdidas.

Toda tú; en una ciudad lejana
con calles de yacentes y pisoteadosveranos,
con parques que son selvas de hinojos,
con monumentos donde la piedra echa raíces en la mentira
y el corazón se dispersa como una polvareda alatardecer.

Toda tú; por una calle, por unos brazos,
por una voz;
andando, postergándote,
mientras tus ojos son una ruta para la noche,
para las puertasque se entreabren inermes y cansadas,
para las alcobas donde nos buscamos,
donde abrazamos un cuerpo que sobrelleva nuestra ausencia.

Veo tu cabeza;astro alojado en el sueño
con un color de nunca
con unos cabellos de un amor sin besar,
superficie que el tacto de mi mano haría honda.

Ebria comouna vela que responde a los vientos,
ligera, aciaga, respirando el otoño
que lo imposible te envía.

Te oigo hablar, te hablo.
Mi voz te rodea, teespera, te verifica,
te toma de los paisajes crepusculares,
te levanta de las cosas que un día poblaste.

Sé que eres tú.
Esa sonrisa de paso,
esaabreviatura en los hombros,
esa mirada propagando la noche.

Te hablo.
¿Desde qué palabra redescubrir tus labios,
oír tu pecho que el mar caminaprofundamente?

Un temporal antiguo
embelleció su locura en el bosque.
Tu palabra es un barco que no ha osado estas aguas."

José Carlos Becerra, Te hablo.