josef soldado ruso
Sin embargo, hace poco, a petición de una de las personas que trabaja en el centro hesed de su comunidad, Josef empezó acontar la historia de su vida. En este centro, no solo ha encontrado esperanza, sino también le dan atención médica y comida de manera regular, y es por esto que Josef se sintió en el ambiente propiciopara contar sus experiencias, además del aliciente de saber que la historia de su vida no será olvidada. De esta manera, Josef empezó a compartir sobre su vida:
«Yo trabajaba en una mina de carbóncuando las primeras tropas se acercaban. Íbamos en marcha en varias filas; llevábamos puestos nuestros uniformes de prisioneros. Nuestras botas tenían suelas de madera. Hacía mucho frío y todosestábamos muy débiles. A los que no podían continuar la marcha los mataban y dejaban ahí mismo sus cuerpos. Nos hicieron marchar de esa manera tres días, noche y día. Cuando parecía que las primeras tropasestaban más cerca, nos metieron en vagones que usaban para transportar carbón. Nos amontonaron ahí unos sobre otros. Durante la travesía en esos vagones, la gente de un pueblo por el que pasamos se diocuenta de que en ellos iban prisioneros y entonces nos tiraron pan y carne. Estábamos hambrientos y muy débiles. Tratamos de apañar lo que nos tiraban. Como teníamos tanta hambre, nos empujábamos ynos encaramábamos unos encima de otros para poder coger los pedazos de pan y carne. Los guardias nazis gritaron — ¡alto!, y empezaron a matar a los prisioneros. Muchos murieron. Los guardias nosforzaron a echar los cuerpos en el vagón y a ponerlos en forma de banca, y nos mandaron a sentarnos encima de ellos. Pasamos tres días más en esas condiciones. Solo pensábamos en el día en que pudiéramos...
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