José antonio encinas maestro de los maestros

JOSÉ ANTONIO ENCINAS EL MAESTRO DE LOS MAESTROS
PERSONALIDAD
Nos encontramos frente a un hombre de imponderable estatura humana. Tiene mucho de la sabiduría de los filósofos orientales y la serenidad de los filósofos griegos y romanos; pero en realidad es uno de los últimos descendientes de los lupaqas, los hombres sol que poblaron la meseta del Titicaca, cuando esta era un continente allá enlas lejanías prehistóricas pérdidas en el tiempo. Sus más cercanos ascendientes fueron amautas, educadores y maestros, sabios y hombres de ciencia, médicos y profetas del gran tiempo del Tahuantinsuyo. Este es José Antonio Encinas, hombre multifacético, en cuya personalidad podemos identificar su calidad de hombre educador, de estudioso, de escritor, de conferencista, de científico, derevolucionario y aun, de padre paradigmático.
1. Retrato
José Antonio Encinas era un hombre de recia contextura física, más bajo que alto, de amplias espaldas; parado semejaba una estatura pétrea enclavado como siguiendo un ritmo que regulase sus pasos desde lo más profundo de su vida interior. Su rostro de perfiles circulares ostentaba una frente amplia, con convexidad propia de los hombres de talentosuperior. Sus ojos negros pequeños parecían estar escudriñando el transfundo de las cosas o proyectándose hacia lejanías inalcanzables.
Cuando hablaba, su voz parecía estar empañada permanentemente por alguna acción imponderable, pero sus ideas eran precisas y sus ademanes serenos y convincentes.
Generalmente vestía telas de color oscuro, sus vestidos no ostentaban adornos de ninguna especie.Usaba prendedores para asegurar la corbata solo cuando no era posible evitarlo; no tenía cadenitas que asegurasen su reloj ni llevaba pañuelitos pendientes del bolsillo del saco. Vestía pues con extrema sencillez pero también con admirable pulcritud.
Nunca lo hemos visto tomar actitudes o ademanes artificiosos. Sus movimientos eran simples, lentos, parsimoniosos. Reunido con amigos nunca seinteresaba por ocupar sitios preferenciales, a no ser el que se lo otorgaran los que lo distinguían y respetaban.

2. Hombre
El maestro Encinas poseía una portentosa mentalidad y una sutil acuciosidad para comprender los hechos y los fenómenos y para conocer a los hombres .Esta condición le permitió la mas extraordinaria sabiduría acerca de los problemas pedagógicos ,particularmente acerca de lanaturaleza del niño, las características de su desarrollo y sus necesidades educativas.
Su vida se deslizaba con la suavidad de un barco sobre un mar en calma, pero cuando algo irregular, injusto o incorrecto hería su sensibilidad, el barco de su vida se agitaba perturbado como sobre un mar proceloso y una tempestad removía su vida interior. Era pues intolerante con todo lo que promoviese la mentira,el dolor o el engaño. En esos días o en esas horas se tornaba inaccesible su espíritu, pero por ventura, no eran frecuentes estas horas ni lo suficientemente duraderas como para convertirse en desvalor de su personalidad. Pronto volvía a ser calmo y sereno y en estas horas de serenidad, su trato con los que le rodeaban se tornaba hasta festivo pues con frecuencia ponía en sus palabras cierta sutilironía de paternal influencia.
Sentía una emoción social profunda por todos los que sufrían y necesitaban ayudan, especialmente por los niños. Cuantos jóvenes recordaran su generosa munificencia cuando sostuvo con una beca sus estudios, cuántos niños lo evocaran de cuando endulzaba su vida infantil tempranamente golpeada por la tragedia de la pobreza. Cuando viajaba a Puno, su casa se convertíaen una feria de niños y gentes desvalidas que entraban y salían. Siempre estuvo dispuesto a dar de sí, aunque el mismo hiciera falta. Por eso murió podre pudiendo haber sido rico.
Su dignidad moral era de dimensión imponderable, parecía un hombre de otros mundos, acaso anunciador de tipo de hombre que formara la humanidad algún día todavía imperceptible por la lejanía en el tiempo. Su dignidad...