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Una serie de problemas de planificación, diseño e implementación del Transantiago, que inició a operar completamente el 10 de febrero de 2007,generaron un colapso del sistema de transportes en la ciudad. Mientras el sistema enfrentaba un déficit económico de magnitud que debió ser solventado por el Estado, diversas manifestaciones populares surgieron en la capital del país. Uno de los principales afectados fue el gobierno de Michelle Bachelet, cuya popularidad bajó por sobre el 40% de aceptación, siendo el nivel más bajo alcanzado por ungobierno desde el retorno a la democracia.
La crisis repercutió a nivel nacional, acentuando las críticas sobre el excesivo centralismo existente. Un cambio de gabinete fue necesario para poder iniciar los procesos de reestructuración del sistema de transporte y poder solventar las falencias del Transantiago. A eso se sumó el agravamiento de la crisis política en la gobernante Concertación dePartidos por la Democracia y que finalizó con la renuncia de un senador y cinco diputados, lo que provocó que la coalición perdiera la mayoría en el Congreso Nacional.
Problemas y críticas al sistema[editar · editar código]
Para suplir la falta de vehículos nuevos, antiguas micros amarillas fueron repintadas y habilitadas para funcionar como recorridos troncales.
En el primer día, cerca de 1.400autobuses se encontraron en las calles a pesar de que el gobierno había presupuestado cerca de 5.000. La ausencia de recorridos generó caos en diversos puntos de la capital, especialmente en la zona oriente, norte y sur de la ciudad. Ese mismo día, el Ministro de Transporte citó a los empresarios y les exigió aumentar el número de vehículos. Aunque en los días siguientes, la cantidad de microbusesse normalizó, se mantuvieron grandes aglomeraciones en lugares como Escuela Militar, Plaza de Puente Alto, Bellavista de La Florida y Los Héroes. El déficit de maquinaria generó importantes retrasos en los viajes de los usuarios, generando incluso despidos en sus trabajos, y malestar generalizado debido a que los buses viajaban al doble de su máxima capacidad.
Con el paso de los días, comenzó ahablarse de un boicot al Transantiago, especialmente por parte de Manuel Navarrete, dirigente microbusero del sistema anterior y director de algunas de las empresas peor evaluadas.1 El gobierno finalmente cobró multas a Navarrete por cerca de un millón de dólares debido a incumplimiento de contrato, al igual que a varias otras empresas que presentaron problemas en la ejecución de sus maniobras.2Otro problema se originó debido a la ausencia de recorridos en algunas zonas de la periferia de la capital, para lo cual el ministerio se reunió con las diversas municipalidades, asegurando que existe un plazo de 90 días para modificar la malla de recorridos y así poder ajustarse a las necesidades de los habitantes. En tanto, diversas empresas de transportes no cumplieron con las exigenciaslaborales establecidas en la licitación. Los trabajadores manifestaron la ausencia de condiciones sanitarias mínimas en algunos paraderos de sus vehículos y convocaron a un paro de actividades para el día 19 de febrero, pero sólo fue acogido por 1.500 de los 8.000 choferes de la ciudad.
Debido a las fallas en la implementación del sistema de cobros, el Administrador Financiero de Transantiagoestableció un período de gratuidad del pasaje desde el día 10 hasta el día 12 de febrero para buses troncales y hasta el 16 para los alimentadores. Sin embargo, el retraso en la corrección de problemas obligó a la extensión de este período hasta el día 16 para los troncales y hasta el 19 para los locales. Cada día de gratuidad equivale a aproximadamente un millón de dólares de pérdidas para el AFT, a lo...
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