Juan carlos cremata

Hoy les presentaremos el documental La inútil jaula, de Gretel Marín. En esta oportunidad, la alteridad, la anomalía, la diferencia, vuelven a ser foco de atención del relato audiovisual. Hace yavarios años que en el audiovisual cubano los realizadores han estado preocupándose por la representación del Otro, otro sexual, racial, social, pero apartándose de la narrativa dominante. Y no es solo unfenómeno del ámbito cinematográfico, hace algunos años por la televisión se transmitió la serie Diana de Rudy Mora, donde el protagonista era un sujeto masculino tartamudo; recientemente se estrenóel mediometraje de ficción La Piscina, en el cual las discapacidades físicas de un grupo de jóvenes constituyen el substrato dramático de la historia.
En el caso de La inútil jaula, Gretel nos acercaa un individuo que padece de ceguera. La discapacidad física no constituye el único motivo de su otredad cultural, estamos hablando de una protagonista, es una mujer negra, que no es de la capital y,además, está ciega. En la mayoría de los filmes que han pretendido acercarse y mostrar la existencia de las otredades culturales, la representación de ese Otro ha desempeñado en la narrativa unafunción específica, casi siempre ha constituido el oponente, el donante, el auxiliar o el ayudante del héroe; en los casos en que aparece como el héroe, pues es un personaje que asume el punto de vista,el patrón de conducta del sujeto dominante, anulando así sus diferencias. Pero en este documental, el otro se convierte en protagonista, aunque no necesariamente sacrifica su diferencia, eso que loconvierte en otro, sino que nos permite reconocerla y, además, comprender su complejidad. Y esa es una virtud de este documental que sabe a provechar la retórica de representación del género parainvertir las categorías.
Estamos hablando de un documental que pertenece a la modalidad expositiva donde el personaje le habla a la cámara, y sus comentarios se alternan con imágenes del registro de su...