Juan Carlos Livraga

Juan Carlos Livraga, “el fusilado que vive”
Juan Carlos Livraga es quien a los 24 años fue fusilado por la dictadura de Aramburu en un basural de José León Suárez. Es el mismo que sobrevivió a esa pesadilla y que se animó a contarla a Rodolfo Walsh, seis meses después de ocurrida. Es ‘el fusilado que vive’, el protagonista de un relato …
Juan Carlos Livraga es quien a los 24 años fue fusiladopor la dictadura de Aramburu en un basural de José León Suárez.
Es el mismo que sobrevivió a esa pesadilla y que se animó a contarla a Rodolfo Walsh, seis meses después de ocurrida. Es ‘el fusilado que vive’, el protagonista de un relato que fue el punto de partida de la investigación más impactante del periodismo argentino, condensada en el libro ‘Operación Masacre’. En una visita a Colonia Barón,donde tiene familiares, Livraga contó su historia en una entrevista exclusiva. Quién era en su juventud, a qué se dedicaba, cómo fue aquel día en que lo arrestaron y lo fusilaron, el calvario que le tocó vivir, sus días en prisión, las consecuencias físicas y psicológicas y su actual vida en Estados Unidos, son algunos de los temas de una charla cuya publicación quizás tenga una significaciónmayor en este día tan especial para la memoria colectiva.
“Yo trabajaba manejando un colectivo de la línea 10-5. Era un joven de barrio que jugaba al fútbol, me gustaba ir a bailar, era y soy amigo de mis amigos. Se descompuso el colectivo ese sábado 9 de junio; la ruta pasaba a dos cuadras de mi casa, doblaba en la esquina donde sucedieron los hechos, mi arresto. Aquel día había empezado a trabajardespués del mediodía, no lo había hecho en los anteriores cuatro días porque el colectivo estaba en reparaciones. Todo iba bien hasta la puerta del estadio. Iba mucha gente, era un partido importante. Paré, bajó la gente y cuando traté de arrancar no pude porque se había roto un palier. Con mucho enojo, cerré las puertas, busqué un teléfono, llamé a los dueños y entré al estadio. Comí un choripán,miré el partido, perdió mi equipo (Colegiales) en el último minuto (más enojo), me fui caminando, llegué a mi casa y mi padre me preguntó asombrado qué había pasado. Le conté lo sucedido, le dije a la vez que había pasado por el  hospital para ver a mi madre, que había sido operada la noche anterior. Me fui a la cama, no me sentía bien. Me levanté cerca de las 9 de la noche, me cambié  -tenía unacitaen un lugar que se llamaba ‘Hosteria de Munro’ para salir a bailar- cerca de las 10 de la noche. Cuando me dirigía a tomar el colectivo de mi misma línea, sentí que alguien me silbaba. Era mi amigo Vicente Rodríguez; me preguntó adónde iba, me dijo que venía del bar y que no había nadie, y que iba a escuchar la pelea de Lausse y Loayza. Me invitó, miré la hora y asentí. Escuché la pelea,dentro del bar había tres personas jugando a las cartas y se agregó Vicente”.
Hasta ese momento la vida de Juan era muy tranquila, pero en cuestión de segundos todo cambió. Un giro en su vida y en la de algunos jóvenes más, que jamás se borrará. Un instante que modificó por completo la vida de varias familias.
“Cuando termina la pelea me levanto, me despido y cuando abro la puerta recibo un tremendoculatazo en el pecho y caigo debajo de la mesa. Era la policía. No sé cuándo, pero siento que me levantan, me arrastran. Medio aturdido me doy cuenta de que estoy afuera, siento gritos, me llevan a la esquina, me ponen enfrente de una persona con chaqueta militar y una pistola cargada (sé de armas, estuve en la Aeronáutica desde los 16 a 20 años), me empuja contra la pared y comienza a pegarme conla pistola en el costado izquierdo del estómago y bajo vientre (me dejó un moretón tan grande que por más de un mes no pude mover el vientre) preguntándome a los gritos donde está Tanco y alguien más. Estaba aturdido, no sabía qué estaba pasando”.
“Los golpes que me dio esa noche me formaron un coágulo en la aorta; pasaron los años, creció, tuve molestias creyendo que podía ser una hernia, y un...