Juan Jacobo Rousseau
El hombre histórico. El hombre contemporáne es distinto. Según Rousseau es un hombre histórico, un hombre que ha perdido labondad original. Es un ser vil, egoísta, depravado, lleno de odio. Es un ser degenerado. Pero este hombre histórico no puede mostrar públicamente su degeneración: ha de enmasacarar, de ocultar, suvileza, su egoísmo y sus pasiones. Por ello adopta un comportamiento social: la cortesía, la retórica, la técnica de las apariencias, todo aquello de que se preocupan las ciencias y las artes, todo loque nos sirve para enmascarar temores, odios, traciones, todo esto que adoptamos para esconder nuestra maldad es la educación. Esta máscara que adoptamos es, además, doblemente odiosa ya que evitareconocer la degeneración e imposibilita la regeneración del ser humano.
Como no se puede volver al pasado natural del hombre, Rousseau propone el contrato social entre el individuo y la sociedad, con elfin de armonizar la convivencia humana. Esta es la única posibilidad de regeneración moral.
El contrato social. No los hombres se asocian y ponen su persona y todo su poder bajo la dirección de lavoluntad general. A cambio, cada miembro es acogido como parte indivisible del todo. Así, el pacto social representa el reconocimiento de que lo universal es más importante que lo particular, seantepone la justicia al instinto, lo social sobre lo natural. Obedecer la voluntad general es ser libre, es obedecernos a nosotros mismos. Con esto se pasa al tercer estado en la evolución humana: el...
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