Juan luis martinez

(Juan Luis Martínez)
Viña del mar, 1942-1993

Poeta y artista visual, cultivó un perfil bajo, tan sólo basta ver la portada de La nueva novela[1] en que tacha su nombre, e insiste en la no-autoría poniendo paréntesis al (no) autor. Su rechazo a dar entrevistas a medios de comunicación, su auto-marginalidad, su reticencia a ser fotografiado, da señales de un poeta que se presenta casi como unmito.
Incluso el escritor y académico chileno Luís Vargas Saavedra llegó a creer que su existencia y obra eran un invento de Enrique Lihn.
Precursor del neo-vanguardismo literario, ejerció una poderosa influencia en la obra de autores como Diego Muñoz, Soledad Fariña, Raúl Zurita, Diego Maquieira y Bruno Vidal, aunque en estricto rigor su obra escapa de comparación alguna con otros autoreschilenos. El neo-vanguardismo surge como una silenciosa manifestación de los artistas frente al golpe de estado, que provocó dos cambios sustantivos en el panorama poético: rompió el proceso intelectual y creativo de la poesía chilena (se habla de un apagón cultural, producto de la represión, la censura y el control de la actividad de artistas y pensadores) y estableció una nueva pero forzada poesíadel exilio, no sólo físico sino también una poesía del exilio interior, por las particulares condiciones de vida en sus autores, producción y sobre todo circulación y lectura de sus obras: escritas en la clandestinidad o la marginalidad. Hacia 1970 en Valparaíso, algunos escritores y artistas constituyeron el “Grupo del Café Cinema”, núcleo del movimiento neo-vanguardista en la poesía chilena,destacándose entre ellos Juan Luís Martínez, Raúl Zurita y Juan Cameron. Sus inclinaciones eran anti-tradicionalistas, polémica, experimental y crítica. Asumieron creativamente rasgos del vanguardismo, como la ruptura con las normas convencionales en la construcción del poema mediante la incorporación de elementos no verbales y la actitud rebelde y provocativa ante los valores, las tradiciones ylos discursos de la sociedad establecida, pero se distingue de la vanguardia en que logra radicalizar diversas estrategias y figuras, como la parodia, la distorsión de citas y tópicos, la transtextualidad en sus variadas formas.

Martínez siguiendo la ruta de la neo-vanguardia, privilegió el cultivo de la obra por sobre la exposición del sujeto- autor. “Me complace irradiar una velada comopoeta; esa noción de existir y no existir, de ser más literario que real”[2]. Su creencia en la poesía en desmedro de la figura del poeta se refleja en la actitud del paréntesis y la tacha produciendo un quiebre en el estatuto de la “autonomía del arte”.
Una personalidad que evitó la publicidad y el negocio literario, más la propuesta de una obra inclasificable, por tanto que para ninguna editorialfue abordable (ni rentable), fue suficiente para convertirlo en un poeta marginado.
Las dos obras que publicó en vida responden a formas que desarticulan la noción regular de un libro, construyendo en su lugar un libro-objeto. La Nueva Novela, cuyo titulo intenta sugerir al lector la relatividad de los géneros literarios, se inserta sigilosa dentro del brumoso escenario político-socialvaliéndose de un lenguaje a partir de la recopilación, indicios y múltiples referencias que aparentan una atemporalidad. Aunque el contexto histórico no se muestra evidente en la lectura de la obra, el colofón del libro da cuenta del tiempo que le llevó a Martínez escribirlo: entre los años 1968 y 1975. Este tiempo abarca los gobiernos de: Eduardo Frei (1964-1970), Salvador Allende (1970-1973) y ladictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). No se comprende una línea política como esencia del libro, pero sí es innegable que está presente dedicándole particularmente las últimas hojas: “epígrafe para un libro condenado: La Política”.
Como fue publicada en plena dictadura la carga política se disfraza de códigos que intentan velar el pensamiento -de otra manera no hubiese podido ser- Dos o tres...