JUAN MONTALVO

Páginas: 5 (1055 palabras) Publicado: 22 de octubre de 2014
Juan María Montalvo Fiallos (Ambato, Ecuador, 13 de abril de 1832 – París, Francia, 17 de enero de 1889) fue un ensayista y novelista ecuatoriano. Escritor ecuatoriano cuyo pensamiento liberal estaba fuertemente marcado por el anticlericalismo y la oposición a los dictadores Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintemilla. Luego de la publicación de la revista El Cosmopolita, por medio de la cualcriticaba a la dictadura de García Moreno, Montalvo viajó a Colombia, donde escribió gran parte del resto de su obra. Uno de sus libros más conocidos es Las Catilinarias, publicado en 1880. Entre sus ensayos destacan Siete tratados (1882) y Geometría Moral (póstumo, 1902). También escribió una secuela de Don Quijote de la Mancha, llamada Capítulos que se le olvidaron a Cervantes.

Murió a causade una pleuresía en París. Su cuerpo fue embalsamado y se expone en un mausoleo construido en su ciudad natal, en Ecuador. Hase visto en Quito un cabrón de Méndez subir al púlpito, quemarse las manos en un mechero, meter en la boca una vela encendida, y probando con esto que la virtud de Dios obraba en él, gritar que en ese instante el diablo estaba andando suelto por la iglesia, y formarremolinos espantosos de plebe engañada y escarnecida. Y no ha habido policía que baje a ese pícaro del pescuezo y le imponga un fuerte castigo corporal, ni gobierno que le mande con grilletes a Guayaquil, a embarcarle en el primer buque ballenero que parezca. Al mismo penitente embaidor se le había visto, cuando el terremoto de Imbabura, salir azotándose por las calles de Quito, y gritando que por lasmaldades y falta de devoción de la gente había ocurrido esa desgracia. Levantada ahí al punto una armazón de madera en la plaza de la Catedral de Quito, subió allá el arlequín, y, desnudo por delante seis dedos abajo el ombligo, forrada la espalda con un cuero de vaca debajo de un tul negro, se dio cinco mil azotes, burlándose así de las cosas santas, del pueblo congregado, del siglo décimonono, delGobierno, y hasta de Sancho Panza, quien, al fin y al cabo, se dio siquiera cinco buenos y pasaderos. En Bogotá, Caracas, Santiago, Lima, Buenos Aires, parecerán imposibles estas escenas de nefanda barbarie, que se han visto repetir mil veces en Quito en las mayores aflicciones públicas. Terremotos, lluvias de ceniza, cóleras furibundas de los volcanes, allí están los frailes gachupines a quemarselas manos en el púlpito, a morder cabos de vela, a ver el diablo con sus ojos, y decir que todo lo provocan y lo hacen los liberales.66
Continuó con su oposición al clero en sus Siete tratados y en las citadas Las catilinarias, porque se sentía defraudado al ver que el clero no luchaba contra Veintemilla. Su obra más furibunda fue Mercurial eclesiástica, escrita como respuesta a la condena delportavoz del clero, Monseñor José Ignacio Ordóñez, a su obra. No obstante, se puede asegurar que en la práctica Montalvo se llevó mejor con la autoridad eclesiástica que con los católicos conservadores.67 Un caso ilustrativo es su Contestación a la carta de un sacerdote católico al señor redactor de El Cosmopolita, publicada en el número 3 de su revista. El citado sacerdote era el nuncioapostólico, Monseñor Antonelli, quien con suma cortesía defendía la necesidad del Concordato. Con la misma deferencia Montalvo en 25 páginas se expresa con la mayor claridad acerca de lo que deben ser a su juicio las relaciones entre Iglesia y Estado. Se declara partidario del Patronato regio, afirma que en caso de desacuerdo ha de primar la razón de Estado, rechaza el Concordato firmado por García Moreno ytermina especificando que considera el cristianismo como la verdadera religión y aseverando: "Nunca seré contrario sino de la superstición, el fanatismo y los abusos de los malos sacerdotes". El nuncio le mandó una segunda carta de tono amistoso, defendiendo siempre el punto de vista de la Iglesia pero sin condenar las posiciones personales del escritor.68

Montalvo se oponía a la dominación...
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