juan pablo II

HOMENAJE AL PAPA EN EL XXV ANIVERSARIO DE SU PONTIFICADO Dr. Rodrigo Guerra Lpez Facultad de Filosofa Universidad Panamericana, Mxico 20 de octubre de 2003 De Karol Wojtyla a Juan Pablo II El aporte del Papa Juan Pablo II no se puede reducir a un solo aspecto de su labor como sucesor de Pedro. No es difcil percibir que el Papa es un hombre multifactico en el que concurren cualidades yactividades no fcilmente encontrables de manera simultnea en el comn de las personas. El 13 de octubre de 2003 Giovanni Reale comentaba al momento de presentar el nuevo libro de Karol Wojtyla1 que el Papa como pocos se ha manifestado en aquellas tres formas que Hegel entenda como las supremas categoras del Espritu absoluto, esto es, a travs del arte, la filosofa y la religin2. En efecto, en primer lugarWojtyla desde los diecisis aos se abri a la experiencia como factor fundante del pensamiento y de la accin a travs de su contacto con el Teatro Rapsdico desarrollado por su maestro y amigo Mieczyslaw Klotarczyck. El teatro para Wojtyla no es una mera escenificacin superficial de alguna historia sino es un lugar privilegiado en el que la vida se vuelve palabra y la palabra se vuelve vida3. La palabraque quiere ser palabra-viva no puede ser pensada sin el movimiento, sin el gesto, sin la accin4. El actor al moverse y gesticular es aquel que no slo se torna un personaje sino el sujeto que porta un problema, el problema que toda representacin de esta naturaleza intenta comunicar y resolver5. As entendidos los trminos esenciales del teatro, no es difcil afirmar que existe una dimensin propiamentedramtica de la personalidad de Wojtyla-Juan Pablo II que ha permanecido an en su Ministerio al frente de la Iglesia catlica. Esto no quiere decir que Juan Pablo II acte una suerte de caracterizacin figurada o ficticia sino que su persona trata de manifestar a travs de un amplio gesto su accin pastoral el modo como el problema fundamental de la vida ha encontrado su respuesta definitiva en unaVerdad que trasciende lo humano sin negarlo. En segundo lugar vale la pena recordar que a los veintitrs aos, Wojtyla se enfrenta por primera vez al estudio de la filosofa a travs de un texto escrito por un miembro de la escuela tomista-trascendental de Lovaina Kazimierz Wais6. Slo de manera posterior entrar en relacin con el tomismo existencial de autores como Etienne Gilson o Jacques Maritain7.Nuestro filsofo nunca asumir como propias las tesis clsicas del tomismo lovainense. Sin embargo, ya desde estas lecturas, la preocupacin por encontrar una va que permita conciliar la filosofa del ser con la filosofa de la conciencia marcar su itinerario intelectual de manera definitiva. Es precisamente en esta ruta, en la que el problema de la subjetividad aflora como un desafo por comprender desdela metafsica del ser, que Wojtyla realiza una doble revisin crtica por un lado a los treinta y tres aos de edad revisa los lmites y alcances temticos y metodolgicos de la filosofa moral de Max Scheler8. Por otro, de los treinta y cuatro a los cuarenta aos reconoce en diversos ensayos explcitamente el valor de la metafsica tomista pero, simultneamente, seala algunas deficiencias debidas a su marcadoenfoque cosmolgico y objetivista9. Estas valoraciones se profundizarn y se articularn especulativamente al paso del tiempo y permitirn el desarrollo de sus dos obras mayores Amor y responsabilidad10 y Persona y acto11. En un texto escrito por Karol Wojtyla en 197512 y resumido apretadamente en 197613 seala algo que puede sintetizar en cierta medida el estado de sus indagaciones filosficas previasa su eleccin como Pontfice de la Iglesia catlica. Para Wojtyla la contraposicin entre subjetivismo y objetivismo, entre idealismo y realismo demanda en la actualidad un esfuerzo de superacin. De hecho, Wojtyla considera que esta polarizacin tiene que encontrar una salida a travs de los datos que ofrece la experiencia real del ser humano La antinomia subjetivismoobjetivismo y lo que se esconde...