juan pablo segundo
EL DINAMISMO, LA ESPERANZA, LOS LÍMITES:
EL PAPA JUAN PABLO II EN EL SIGLO XX*
Joaquín Fermandois
Al pensar las relaciones entre el Papa Juan Pablo II y la historia de
nuestra época surgen varias dimensiones. Una de ellas es que se trata
de un Papa “muy histórico”. Ello porque fue “muy polaco”; nació
en un país que, como pocos, resume gran parte de la historia del
siglo XX y llevómuchas de sus experiencias a Roma al ser elegido
Pontífice, aunque no en el sentido estrecho. Por otro lado, el nuevo
Papa debió enfrentar el desafío de una crisis de la Iglesia, en parte
consecuencia de haber querido asumir con mucho optimismo la historia
secular en la época del Concilio; se trataba de ver qué significaba
eso en el mundo del último cuarto del siglo. La caída del
comunismo—¿y en qué medida Juan Pablo II fue una de sus causas?—
como también el desafío del fundamentalismo islámico constituyen
aspectos de la relación entre el Papa y la historia de nuestra
época. Los principales rasgos del pontificado podrían caracterizarse
como el haber asumido un nuevo liderazgo que renovó a la Iglesia,
ser parte de una toma de conciencia acerca de lo permanente de la
religión enla historia del ser humano y dar un nuevo estilo a la
respuesta ante el desafío moderno de la secularización.
JOAQUÍN FERMANDOIS. Profesor de historia contemporánea, Pontificia Universidad
Católica de Chile. Miembro de número de la Academia Chilena de la Historia.
* Versión ampliada de artículo aparecido en “Artes y Letras”, El Mercurio, 3 de
abril de 2005.
28 ESTUDIOS PÚBLICOSwww.cepchile.cl
E l 16 de octubre de 1978, al divisarse el humo blanco que emergía
desde los techos de El Vaticano, se supo que ya había un nuevo Papa.
Cuando poco después se anunció el nombre del recién elegido por el Colegio
Cardenalicio, corrió un murmullo de incredulidad que la televisión por
satélite hizo resonar por todo el planeta. “¿Polaco?, ¿cómo dijo que se llamaba?”
“Tan joven”, 57 años, sedecían periodistas y fieles. Era Karol Wojtyla,
cardenal primado de Cracovia. Al dar la primera bendición urbi et orbi, se
apartó del protocolo tradicional y dirigió unas palabras en italiano a la multitud
que lo vitoreaba. El mismo toque personal lo distinguió en la ceremonia
de inauguración (Papa lo era desde el momento en que aceptó oralmente, en
respuesta a la pregunta “¿Aceptas?”). Sunuevo nombre fue el que todos
adivinaban, Juan Pablo II, una manera de honrar al titular del breve pontificado
anterior, Albino Luciani, que había tomado el nombre compuesto de
Juan Pablo I. Seguiría un largo e influyente pontificado que llegó a su fin
hace un año.
Un nuevo estilo en tiempos de incertidumbre
El año que siguió el pueblo católico y el resto del mundo comenzaron
a verse seducidosy maravillados por su personalidad activa y adaptada
creativamente a los medios de comunicación modernos. Los viajes, las conferencias,
las conversaciones, los desplazamientos dentro de Italia, la rápida
puesta en escena de un nuevo punto de referencia mundial, no sólo como
autoridad católica, no sólo como un líder espiritual más allá del catolicismo
y del cristianismo, sino que también comoestadista, fueron una de las sorpresas
en los tiempos en que se empezaba a hablar de la crisis intrínseca de
liderato en la sociedad moderna. A los católicos no les cupo duda de que el
nuevo pontificado significaría una profunda renovación de la Iglesia, a la
que la crisis de la modernidad le había tocado en sus fibras más íntimas.
Al hablar del vínculo entre el pontificado de Juan Pablo II ysu
momento histórico hay que considerar varias dimensiones. Una de ellas es
su relación con la historia moderna del mismo catolicismo. Y otra, la posición
de la religión como manifestación de la aproximación de los hombres a lo
sagrado y a la trascendencia frente al reto de la modernidad.
En muchos sentidos, el catolicismo se había mantenido incólume,
hasta 1950, como una fuerza...
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