JUAN SALVADOR GAVIOTA
empezó a hacerse transparente. -No dejes que se corran rumores tontos sobre
mí, o que me hagan un dios. ¿De acuerdo, Pedro? Soy gaviota. Yquizá me
encante volar... -¡JUAN! -Pobre Pedro. No creas lo que tus ojos te dicen. Sólo
muestran limitaciones. Mira con tu entendimiento, descubre lo que yasabes, y
hallarás la manera de volar.
El resplandor se apagó. Y Juan Gaviota se desvaneció en el aire.
Capitulo XII
Después de un tiempo, Pedro Gaviota seobligó a remontar el espacio y se
enfrentó con un nuevo grupo de estudiantes, ansiosos de empezar su primera
lección. -Para comenzar -dijo pesadamente-, tenéis quecomprender que una
gaviota es una idea ilimitada de la libertad, una imagen de la Gran Gaviota, y
todo vuestro cuerpo, de extremo a extremo del ala, no es más quevuestro
propio pensamiento.
Los jóvenes lo miraron con extrañeza. ¡Vaya, hombre!, pensaron, eso no suena
a una norma para hacer un rizo... Pedro suspiró yempezó otra vez: -Hum...
ah... muy bien -dijo, y les miró críticamente-. Empecemos con el vuelo
horizontal. -Y al decirlo, comprendió de pronto que, en verdad, suamigo no
había sido más divino que el mismo Pedro. ¿No hay límites, Juan? pensó.
Bueno, ¡llegará entonces el día en que me apareceré en tu playa, y te enseñaréun par de cosas acerca del vuelo! Y aunque intentó parecer adecuadamente
severo ante sus alumnos, Pedro Gaviota les vio de pronto tal y como eran
realmente,sólo por un momento, y más que gustarle, amó aquello que vio. ¿No
hay límites, Juan?, pensó, y sonrió. Su carrera hacia el aprendizaje había
empezado...
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