juani
tantos celos!...
–¿Celos yo de ese viejo petate? ¡Al contrario; me alegro
muchísimo de que te quiera!...
–¿Por qué?
–Porque en el pecado lleva la penitencia. ¡Tú no has de
quererlo nunca, y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de
la ciudad!
–¡Miren el vanidoso! Pues figúrate que llegase a quererlo...Vamos! ¡Vamos! señor don Lucas... ¡No tenga usted
tantos celos!...
–¿Celos yo de ese viejo petate? ¡Al contrario; me alegro
muchísimo de que te quiera!...
–¿Por qué?
–Porque en el pecado lleva la penitencia. ¡Tú no has de
quererlo nunca, y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de
la ciudad!
–¡Miren el vanidoso! Pues figúrate que llegase a quererlo...Vamos! ¡Vamos! señor don Lucas... ¡No tenga usted
tantos celos!...
–¿Celos yo de ese viejo petate? ¡Al contrario; me alegro
muchísimo de que te quiera!...
–¿Por qué?
–Porque en el pecado lleva la penitencia. ¡Tú no has de
quererlo nunca, y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de
la ciudad!
–¡Miren el vanidoso! Pues figúrate que llegase a quererlo...
Vamos! ¡Vamos! señor don Lucas... ¡No tenga usted
tantos celos!...–¿Celos yo de ese viejo petate? ¡Al contrario; me alegro
muchísimo de que te quiera!...
–¿Por qué?
–Porque en el pecado lleva la penitencia. ¡Tú no has de
quererlo nunca, y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de
la ciudad!
–¡Miren el vanidoso! Pues figúrate que llegase a quererlo...
Vamos! ¡Vamos! señor don Lucas... ¡No tenga usted
tantos celos!...–¿Celos yo de ese viejo petate? ¡Al contrario; me alegro
muchísimo de que te quiera!...
–¿Por qué?
–Porque en el pecado lleva la penitencia. ¡Tú no has de
quererlo nunca, y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de
la ciudad!
–¡Miren el vanidoso! Pues figúrate que llegase a quererlo...
Vamos! ¡Vamos! señor don Lucas... ¡No tenga usted
tantos celos!...–¿Celos yo de ese viejo petate? ¡Al contrario; me alegro
muchísimo de que te quiera!...
–¿Por qué?
–Porque en el pecado lleva la penitencia. ¡Tú no has de
quererlo nunca, y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de
la ciudad!
–¡Miren el vanidoso! Pues figúrate que llegase a quererlo...
Vamos! ¡Vamos! señor don Lucas... ¡No tenga usted
tantos celos!...
–¿Celos yo de ese viejo petate? ¡Al contrario; me alegro
muchísimo de que te quiera!...–¿Por qué?
–Porque en el pecado lleva la penitencia. ¡Tú no has de
quererlo nunca, y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de
la ciudad!
–¡Miren el vanidoso! Pues figúrate que llegase a quererlo...
Vamos! ¡Vamos! señor don Lucas... ¡No tenga usted
tantos celos!...
–¿Celos yo de ese viejo petate? ¡Al contrario; me alegro
muchísimo de que te quiera!...
–¿Por qué?–Porque en el pecado lleva la penitencia. ¡Tú no has de
quererlo nunca, y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de
la ciudad!
–¡Miren el vanidoso! Pues figúrate que llegase a quererlo...
Vamos! ¡Vamos! señor don Lucas... ¡No tenga usted
tantos celos!...
–¿Celos yo de ese viejo petate? ¡Al contrario; me alegro
muchísimo de que te quiera!...
–¿Por qué?–Porque en el pecado lleva la penitencia. ¡Tú no has de
quererlo nunca, y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de
la ciudad!
–¡Miren el vanidoso! Pues figúrate que llegase a quererlo...
¡Cosas más raras se ven en el mundo!
–Tampoco me daría gran cuidado...
–¿Por qué ?
–¡Porque entonces tú no serías ya tú y, no siendo tú quien
eres, o como yo creo que eres, maldito lo que me importaría quete llevasen los demonios!
–Pues bien; ¿qué harías en semejante caso?
–¿Yo? ¡Mira lo que no sé!... Porque, como entonces yo
sería otro y no el que soy ahora, no puedo figurarme lo que
pensaría...
¡Cosas más raras se ven en el mundo!
–Tampoco me daría gran cuidado...
–¿Por qué ?
–¡Porque entonces tú no serías ya tú y, no siendo tú quien...
Regístrate para leer el documento completo.