Juarez
La preocupación de la educación como motor del desarrollo del progreso continuó siendo una constante en las generaciones posteriores de positivistas, cuyas filas estaban formadas por los jóvenes que habían sido educados en la Escuela Nacional Preparatoria, fundada en 1868, y cuyo programa de estudios había sidoencargado a Barreda y era enteramente positivista. Muchos de los miembros de esta generación llegaron a formar parte del grupo positivista de los “científicos”, que escribió y participó políticamente durante todo el porfiriato.
Una de las más importantes y fundamentales constante positivista en México era el ataque, o al menos el sentido descrédito, de las instituciones religiosas. Pero esaconstante no sólo era positivista, sino antes bien, liberal reformista. Buena parte de los contenidos de las leyes de reforma tratan de la desamortización de tierras eclesiales y de la secularización de la política y la educación.
Además, todo el movimiento positivista conjuró a la ciencia, sus principios y, sobre todo, su método, como respuesta frente al atraso y la colonización mental de losmexicanos y del país cuya corrosiva obra llevaba operando ya muchos siglos. La solución a los problemas de índole política, económica, moral y social estaban estrechamente vinculados con la aplicación generalizada del método positivo y la ciencia como criterio último de validez, ya que la verdad hallada por la ciencia a través de su método era neutral y totalmente objetiva, ajena a cualquier intento deutilización ideológica por parte de cualquier grupo de poder, liberal o conservador. La racionalidad emparentada con el método y la verdad positivas, era garantía de neutralidad y ésta, a su vez, mantendría a raya los posibles motivos de discordia, nacidos de puntos de vista diferentes. El método finalmente aseguraba aquella homogeneización que tanto preocupara a Comte y a Barreda como condiciónde posibilidad de la concordia social.
Todos los positivistas concuerdan en su condena a la anarquía, la revuelta y la discordia. Lo que el país necesitaba, y así lo reconocen todos, era la unificación nacional. Esta debía darse no sólo en aras del progreso material y moral de la nación, sino también como precaución contra posibles intentos de conquista por parte, principalmente, de EstadosUnidos. Abelardo Villegas explica esto en otros términos. Para él, el método científico que permeaba toda producción intelectual y política, condena la noción de revolución, y su práctica, sustituyéndola por la de evolución.
Los primeros positivistas sienten todos un gran respeto y admiración por las leyes de Reforma, y creen firmemente en que sólo la aplicación íntegra de la Constitución del’57, a la que se había añadido ya las leyes de Reforma, podía llevar a México por el camino tan anhelado del progreso y el desarrollo. A la segunda etapa correspondería el predominio del positivismo de los llamados “científicos”. Durante este periodo se revisa el positivismo de Barreda, pues la influencia filosófica preponderante deja de ser Comte, y Spencer y el evolucionismo social toman su lugar.Se critica también el proyecto positivista de nación de la “República Restaurada”, término que se refiere a la época del triunfo juarista sobre las fuerzas imperialistas que, comandadas por Napoleón III, buscaban reconquistar México, y que culmina con la victoria mexicana y el fusilamiento de Maximiliano en el cerro de las campanas. Al criticarse el proyecto de la República Restaurada, y con él,el tipo de gobierno liberal de Juárez y Lerdo, los nuevos positivistas rechazan también la Constitución del ’57 como panacea de todos los problemas que aquejaban a la nación. Es interesante detenerse en este punto un poco más:
Después del triunfo político liberal en 1867, y tras la expulsión de las fuerzas francesas de territorio nacional (cuya batalla más recordada es la del 5 de mayo, con...
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