Juego de oposiciones en el interior del sistema, Cien Años de Soledad
Las oposiciones de unidades narrativas funcionales referentes a personajes son de cuatro tipos.
A) Afirmación/negación de la misma unidad narrativa (presencia o ausencia del rasgo)
Por ejemplo: no llega a tener mellizos/tiene mellizos; se salva del fusilamiento/es fusilado (en Aureliano/Arcadio); es matado y se conoce su asesino/es matado y no se conoce su asesino; se casa con una hermana adoptiva/no llega a tener relaciones sexuales con una madre adoptiva (en José Arcadio/Aureliano José). Estas oposiciones son interiores a cada clase; la participación en una acción o la atribución de una calificación es, en un caso, afirmada explícitamente, y en el otro negada explícitamente. En ambos casos se la menciona y la presencia de ese rasgo (bajo su forma positiva o negativa) vincula a ambos personajes, ligados por el parentesco en línea vertical (son tío y sobrino).
La oposición alternativa (sí/no) ya se encontraba en la escena del hielo; Aureliano y José Arcadio Buendía tocaron el hielo, José Arcadio no lo tocó; a lo largo de la primera parte, hasta el capítulo séptimo, juegan notablemente esas oposiciones referidas a la situación de “fusilamiento” (que abre el relato) entre Aureliano y Arcadio. Las unidades son las siguientes:
1. “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. (Primer párrafo de la novela, pág. 9, cap. 1.)
2. “Aquellas alucinantes sesiones quedaron de tal modo impresas en la memoria de los niños, que muchos años más tarde, un segundo antes de que el oficial de los ejércitos regulares diera la orden de fuego al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía volvió a vivir la tibia tarde de marzo en que su padre interrumpió la lección de física, y se quedó fascinado, con la mano en el aire y los ojos inmóviles, oyendo a la distancia los pífanos y tambores y sonajas de los gitanos que una vez más llegaban a la aldea, pregonando el último y asombroso descubrimiento de los sabios de Memphis”. (Pág. 21, cap. 1.)
3. “Tenía /Aureliano/ la misma languidez y la misma mirada clarividente que había de tener años más tarde frente al pelotón de fusilamiento”. (Pág. 50, cap. 3;)
4. “Años después, frente al pelotón de fusilamiento, Arcadio había de acordarse del temblor con que Melquíades le hizo escuchar varias páginas de su escritura impenetrable que por supuesto no entendió, pero que al ser leídas en voz alta parecían encíclicas cantadas”. (Pág. 68, cap. 4.)
5. “Fue ella /Remedios/ la última persona en que pensó Arcadio, pocos años después, frente al pelotón de fusilamiento”. (Pág. 82, cap. 4.)
6. “El mismo /Aureliano/, frente al pelotón de fusilamiento, no había de entender muy bien cómo se fue encadenando la serie de sutiles pero irrevocables casualidades que lo llevaron hasta ese punto”. (Pág. 87, cap. 5.) 7. “Sin embargo, /Aureliano/ según declaró pocos años antes de morir de viejo, ni siquiera eso esperaba la madrugada que se fue con sus veintiún hombres a reunirse con las fuerzas del general Victorio Medina”. (Pág. 94, cap. 6.)
8. “Pocos meses después, frente al pelotón de fusilamiento, Arcadio había de revivir los pasos perdidos en el salón de clases, los tropiezos contra los escaños, y por último la densidad de un cuerpo en las tinieblas del cuarto y los latidos del aire bombeado por un corazón que no era el suyo”. (Pág. 101, cap. 6.)
Arcadio es fusilado en el capítulo sexto (pág. 108); Aureliano se salva del fusilamiento en el capítulo séptimo. ...
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