Juego y desarrollo
sin valor más allá del entretenimiento o diversión. Sin embargo, los estudios realizados
especialmentedesde la psicología evolutiva nos han descubierto la estrecha relación entre esta
actividad y el desarrollo cognitivo y social de los individuos. De hecho, los juegos experimentan
grandesmodificaciones y muestran características diferentes en función de las edades de los
jugadores. Por eso es frecuente que los investigadores planteen diferentes formas de clasificarlos
para describir y explicarestas diferencias. La propuesta, ya tradicional, de Piaget sigue siendo,
desde nuestro punto de vista, la más útil a la hora de discutir las características y funciones que tiene
el juego en lasdiferentes etapas de la infancia y su posible importancia en la educación.
Relacionando sus cambios con las etapas del desarrollo intelectual, el primer juego comienza siendo
un juego de ejercicio, deactuación directa, de exploración e interacción, en el que el niño aplica a
objetos físicos o a otros seres vivos los llamados esquemas sensorio-motores. A partir del segundo
año de vida se produceuna profunda transformación del juego cuando los niños fingen objetos,
situaciones o personajes (jugar a “como si”). Si el juego motor o de ejercicio se manifiesta y tiene
lugar en el aquí y ahora,la capacidad de representar unas cosas por otras, de fingir escenarios, lleva
el juego a un plano imaginario en el que caben también el pasado y el futuro.Este tipo de juego llega
a serpredominante entre los 2 y los 7 años, sin que tal afirmación quiera decir que desaparezcan las
expresiones de los juegos de ejercicio precedentes. El orden de aparición sí es universal. Ningún
niño comienzacon juegos de ficción previos a los juegos de ejercicio. Tampoco los juegos de
reglas, los últimos en practicarse y los más complejos desde el punto de vista intelectual y social,
pueden aparecer...
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